Carme aprende a bañarse



Había una vez una pequeña perrita llamada Carme, quien no se quería bañar. Todos los días su dueña intentaba convencerla de que era necesario para mantenerse limpia y saludable, pero Carme siempre se resistía.

Un día, mientras caminaban por el parque, Carme se ensució mucho jugando en el lodo con sus amigos perros. Su dueña le dijo: "Carme, hoy tienes que bañarte sí o sí". Pero Carme respondió: "No quiero bañarme, me gusta estar sucia".

Su dueña suspiró y pensó en cómo hacer para convencer a la terca perrita. Decidió hablar con sus amigos del parque para buscar una solución. "¿Qué podemos hacer para que Carme quiera bañarse?" preguntó la dueña a los demás perros.

"Podemos enseñarle lo divertido que es estar limpio", sugirió Maxi. "¡Sí! Podemos jugar al agua y mostrarle lo bien que nos sentimos después de un buen baño", agregó Lola.

Así fue como los amigos de Carme organizaron una tarde de juegos en el río cercano al parque. Jugaron a lanzarse palos y pelotas al agua, saltaron y nadaron juntos. Al final de la tarde todos estaban cansados pero muy contentos.

La dueña de Carme aprovechó este momento para decirle: "Mira Carme, ¡todos estamos oliendo bien gracias al agua! ¿No te gustaría sentirte así también?"Carme pensó por un momento y luego dijo: "Bueno... quizás podría probarlo...

"Al regresar a casa, la dueña preparó un baño con agua tibia y jabón suave. Carme se resistió un poco al principio, pero luego empezó a disfrutar del masaje en su piel y del olor fresco del champú.

Cuando terminaron, la dueña secó a Carme con una toalla y le dio muchos mimos. Carme se sintió tan bien que empezó a saltar de alegría. "¡Gracias por convencerme! Ahora entiendo lo importante que es estar limpia", dijo Carme felizmente. Desde ese día, Carme nunca más se resistió a bañarse.

Aprendió que no solo es importante para mantenerse saludable, sino también para sentirse bien consigo misma y disfrutar de las actividades con sus amigos perros.

FIN.

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