Carmencita y el gavilán amenazante



En una hermosa finca en el campo, vivía una gallina llamada Carmencita junto a sus diez adorables pollitos.

Todos los días, la gallina cuidaba con amor a sus pollitos, enseñándoles a buscar comida y protegiéndolos de cualquier peligro que pudiera acechar. Un día soleado, mientras los pollitos jugaban cerca de un arroyo cantarín, un malvado gavilán los observaba desde lo alto de un frondoso árbol. El gavilán tenía hambre y veía en aquellos tiernos pollitos su próxima comida.

"¡Carmencita! ¡Carmencita! ¡Tenemos que irnos rápido! ¡El gavilán nos quiere comer!" - gritó uno de los pollitos asustados al ver al ave rapaz acercarse sigilosamente. La valiente Carmencita no dudó ni un segundo.

Reunió a todos sus pollitos bajo sus alas y les dijo:"Tranquilos mis pequeños, no teman. Debemos ser astutos para vencer al malvado gavilán.

"Con decisión, la gallina guio a sus pollitos hacia el bosque cercano, donde sabía que podrían esconderse entre los árboles y encontrar refugio. El gavilán, furioso por no poder atrapar a su presa fácilmente, comenzó a perseguirlos.

La astuta Carmencita llevó a los pollitos por laberínticos senderos entre los árboles y pasaron por estrechos arroyos para despistar al gavilán. Los pequeños corrían detrás de su madre con todas sus fuerzas, confiando en ella para mantenerlos a salvo.

Finalmente, después de una intensa persecución llena de giros inesperados, la valiente gallina logró despistar al malvado gavilán y llevar a salvo a todos sus pollitos hasta el granero de la finca. Los animales del lugar celebraron la valentía y astucia de Carmencita.

Desde ese día, la gallina se convirtió en toda una heroína para los demás animales de la finca. Y aunque el gavilán seguía merodeando cerca, nunca más volvió a intentar cazar a los indefensos pollitos gracias al ingenio y coraje de Carmencita.

Así pues, esta historia nos enseña que con valentía, astucia y trabajo en equipo se pueden superar incluso las situaciones más difíciles. Y que siempre hay una luz de esperanza incluso en medio de las sombras más oscuras.

FIN.

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