Carmin y la Niebla de Londres



Carmin era una niña curiosa y aventurera que siempre soñaba con visitar lugares lejanos. Un día, se armó de valor y decidió viajar a Londres. El día de su llegada, la nieblina cubría la ciudad como un manto misterioso. Mientras avanzaba por las calles empedradas, Carmin sentía cómo su corazón latía con fuerza.

Al cruzar el famoso puente de la torre, una sensación de miedo la envolvió. La niebla parecía jugar con su mente, creando sombras en los rincones y sonidos extraños a su alrededor.

"¿Quién está ahí?" - preguntó Carmin, mirando a su alrededor.

Un gato negro surgió de la niebla, y Carmin dio un salto. Al mirar más de cerca, se dio cuenta de que solo era un gato juguetón.

"No tengas miedo, soy sólo un gato. ¡Ven, sígueme!" - dijo el gato, que parecía haber entendido su temor.

Intrigada, Carmin decidió seguirlo y se encontró en un pequeño callejón lleno de luces brillantes.

"¿Dónde estoy?" - preguntó Carmin, maravillada.

"Esto es un lugar especial, donde los sueños se entrelazan con la realidad," - respondió el gato, moviendo la cola con gracia.

Mientras exploraban, Carmin enfrentó varios desafíos: un laberinto de calles, un perro que hacía de guardia en una puerta y un viejo que le preguntaba si sabía de arte. Sin embargo, su valentía le permitió superar cada obstáculo.

"¡No puedo quedarme aquí!" - gritó Carmin mientras corría, percatándose de que cada miedo que enfrentaba la hacía más fuerte.

Finalmente, llegó a un mirador desde donde podía ver toda la ciudad. La niebla se disipó un poco, revelando la grandiosidad de Londres.

"¡Lo logré!" - exclamó, llenándose de alegría.

Al finalizar su viaje, sintió que había vivido una gran aventura. Decidió que ya no viajaría más; quería descansar y disfrutar de su hogar. Sin embargo, cuando regresó, se sentó en el jardín, mirando el cielo y recordando su aventura.

"Quizás, sólo quizás, haya un mundo más allá de Londres," - pensó Carmin, soñando con Dublín.

FIN.

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