Caronte y el Coraje de la Amistad
En un rinconcito del mundo, donde los ríos eran cristalinos y el viento siempre sonreía, vivía Caronte, un barquero sabio y amable. Cada día cruzaba almas por un hermoso lago, lleno de luces brillantes que danzaban sobre el agua. Pero un día, un dios malvado, conocido como Tiranos, decidió que quería apoderarse del lago y de todo su brillo.
-Tiranos, ¿por qué quieres robar la alegría de este lugar? -preguntó Caronte, viendo cómo las criaturas del lago se escondían con miedo.
-¡Porque soy Tiranos, y creo que todo debe ser mío! -gritó el dios, riendo con malicia.
Caronte estaba decidido a no dejar que eso sucediera. Así que hizo lo que cualquier buen amigo haría: se preparó para defender a su hogar y a todos los que allí vivían. Pero no podía hacerlo solo y decidió pedir ayuda a otros habitantes del lago, como a la tortuga sabio, los peces alegres y las ranas cantoras.
-Si nos unimos, podemos enfrentarlo -dijo Caronte, mientras los animales lo escuchaban atentos.
-Tienen razón -dijo la tortuga, que era la más anciana de todos-. La fuerza de la amistad es más poderosa que cualquier dios malvado.
Los amigos de Caronte decidieron organizar un plan. Serían rápidos, astutos y sobre todo, estarían juntos. El día del enfrentamiento llegó. Tiranos llegó al lago con su varita oscura, listo para llevarse toda la luz.
-¡Detente, Tiranos! -gritó Caronte, levantando su remo con fuerza-. Este lugar no te pertenece y no permitiré que te lleves nuestro brillo.
-¿Y qué harás tú, insignificante barquero? -se burló Tiranos.
-Pude cruzar a muchos por este lago y he aprendido que el valor no está en la fuerza, sino en la unión -respondió Caronte, mirándole a los ojos mientras sus amigos se posicionaban a su lado.
Los peces comenzaron a saltar, y las ranas croaron en una hermosa melodía, creando una sinfonía que resonó en el aire. La luz del lago comenzó a brillar más intensamente.
-Tendrás que enfrentarte a todos nosotros, Tiranos -dijo la tortuga, que con su voz profunda dejó claro que no tenían miedo.
Al verse rodeado por la unión de los habitantes del lago, Tiranos empezó a tambalearse. La música y luces comentaron a confundirlo, transformando su rabia en desesperación.
-¿Qué es esto? ¡Fuera! -gritó, mientras su varita era rodeada por brillo.
-¡La fuerza de la amistad! -gritaron todos al mismo tiempo.
Tiranos se dio cuenta de que su poder no podría competir con el amor sincero y valiente de los amigos. Con un último grito, el malvado dios se desvaneció en el aire, dejando que el lago volviera a brillar
Desde aquel día, Caronte y sus amigos siguieron cuidando del lago. Todos aprendieron que aunque algunas adversidades pueden parecer imposibles, el trabajo en equipo y la solidaridad siempre pueden vencer la oscuridad.
-Gracias a todos, juntos somos más que fuertes. Somos invencibles -dijo Caronte, mirando a sus amigos.
-¡Sí! -respondieron todos mientras danzaban al ritmo de la alegría que ahora unía a todos en el lago.
Y así, el lago siguió siendo un lugar mágico, lleno de luz y amistad, donde los corazones unidos siempre brillaban más que cualquier dios malvado.
FIN.