Carrera en el Parque
Pedro y su amigo Mario salieron del colegio con una sonrisa en el rostro, felices de haber terminado un día lleno de aprendizaje y diversión. El sol brillaba en lo alto y las calles estaban llenas de vida.
- ¡Qué bien la pasamos hoy en clase! - exclamó Pedro. - Sí, fue genial. ¡Me encantó la clase de ciencias! - respondió Mario emocionado.
Mientras caminaban por la vereda, vieron a lo lejos un parque con juegos y decidieron ir a jugar un rato antes de volver a casa. Cuando llegaron al parque, se encontraron con un grupo de niños que estaban organizando una carrera de obstáculos.
- ¡Qué divertido! ¿Quieren participar? - les preguntó uno de los niños. - ¡Claro que sí! - respondieron Pedro y Mario al unísono. La carrera consistía en saltar neumáticos, trepar sogas, pasar por debajo de bancos y finalizar con una carrera hasta la meta.
Los dos amigos se prepararon para competir junto a los demás niños. La carrera comenzó y Pedro tomó la delantera al saltar ágilmente los neumáticos. Sin embargo, cuando llegaron a la cuerda para trepar, Mario demostró ser muy hábil y rápidamente alcanzó a Pedro.
Los dos amigos se animaban mutuamente mientras avanzaban por el circuito. - ¡Vamos Pedro, tú puedes! - ¡Dale Mario, no te rindas! Llegaron juntos al último tramo de la carrera: una recta larga hasta la meta.
Ambos corrían lo más rápido que podían, sintiendo el viento en sus caras y escuchando los gritos de aliento de los demás niños. Finalmente, cruzaron juntos la línea de llegada entre aplausos y risas.
- ¡Lo logramos! ¡Fue increíble! - exclamó Pedro emocionado. - Sí, fue genial correr contigo. Somos un gran equipo - dijo Mario sonriendo. Después de la carrera, todos los niños se sentaron en el césped a descansar y compartir jugo y galletitas que habían llevado para compartir.
Pedro miró a su amigo Mario con gratitud por haber vivido esa experiencia tan divertida juntos. - Gracias por ser mi amigo, Mario. Siempre nos divertimos mucho juntos - dijo Pedro sinceramente. - Gracias a vos también, Pedro.
Eres el mejor compañero que podría tener - respondió Mario con cariño.
Así terminó ese día inolvidable en el parque después del colegio; dos amigos disfrutando cada momento juntos y aprendiendo el valor de apoyarse mutuamente en las buenas experiencias como en las difíciles.
FIN.