Carta a Nuestro Planeta Tierra



Una mañana, en la escuela del barrio, la maestra Cata decidió que era tiempo de hablar sobre algo muy importante: el cuidado del planeta. Todos los chicos estaban emocionados, pero también un poco confundidos. ¿Qué podían hacer ellos para ayudar a la Tierra? Así que la maestra propuso un ejercicio muy especial: escribirle una carta a la Tierra, comprometiéndose a cuidarla.

"Chicos, hoy vamos a escribirle una carta a la Tierra. ¡Quiero que cada uno se comprometa a hacer algo bueno por ella!"- dijo la maestra Cata.

Los alumnos comenzaron a pensar en las cosas que podían hacer. Entre ellos, estaba Nico, que se le ocurrió una idea brillante.

"¿Y si hacemos una gran fiesta del reciclaje?"- propuso Nico a sus compañeros. Todos se entusiasmaron a medida que pensaban en decoraciones, juegos y snacks. La fiesta sería una forma divertida de educar a otros sobre el reciclaje y el cuidado del medio ambiente.

"¡Sí! Y podemos invitar a otras clases para que vengan también!"- añadió Ana, que siempre tenía ideas creativas.

Sin embargo, había un problema: necesitaban materiales para hacer la fiesta y para que el mensaje llegue a más gente.

"Yo tengo algunas botellas de plástico en casa que podemos usar para hacer manualidades!"- dijo Leo.

"Yo juntaré papel y cartón!"- sumó Valen.

Juntos, decidieron ir un fin de semana a sus casas para recolectar todo lo que pudieran y llevarlo a la escuela. No obstante, cuando llegó el día de la fiesta, una tormenta interrumpió sus planes. El cielo se oscureció y comenzó a llover torrencialmente.

"No puedo creer que esto esté pasando!"- lamentó Ana, mirando por la ventana.

Sin embargo, no se rindieron.

"No importa, podríamos hacer la fiesta dentro de la escuela. ¡Lo importante es el mensaje!"- dijo Nico decidido.

Con esto, comenzaron a organizar todo en el aula, y rápidamente cambiaron sus planes. Decoraron las ventanas con papeles reciclados y prepararon juegos que podían realizarse sin salir al patio. Cuando los invitados comenzaron a llegar, el ambiente se llenó de risas y alegría.

Todos jugaron y aprendieron sobre la importancia del reciclaje y cómo cuidar el planeta. Finalmente, llegó el momento de leer la carta que habían escrito.

"Querido Planeta Tierra: te prometemos cuidar de tus ríos, tus árboles y tus criaturas. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que estés bien. Te amamos y queremos verte sonreír. Con cariño, los chicos de la escuela del barrio"- leyó Nico en voz alta.

Todos aplaudieron y se sintieron felices de haber participado en aquel compromiso.

La maestra Cata sonrió orgullosa mientras observaba a sus alumnos.

"Hoy no solo hicieron una fiesta, sino que también sembraron una semilla en sus corazones para cuidar del mundo. Y eso, queridos chicos, es lo más importante"- les dijo con una sonrisa.

Y así, cada uno se fue a casa con la certeza de que, aunque eran pequeños, podían hacer grandes cosas para cuidar su querido planeta.

Desde aquel día, los chicos de la escuela decidieron que cada mes harían una actividad en conjunto para seguir cuidando a la Tierra, y nunca dejaban de recordar aquella carta que les había cambiado la perspectiva sobre su hogar.

Y así, cada vez que escuchaban el canto de un ave o veían un árbol, sonreían, porque sabían que estaban haciendo lo correcto al cuidar de su planeta.

Esta historia nos enseña que, sin importar nuestra edad, todos podemos hacer algo para cuidar la Tierra. ¡Es nuestra responsabilidad!

FIN.

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