Carta de amor en el bosque

Melany y Camilo eran dos niños que se conocían desde el jardín de infantes. Siempre habían sido amigos, pero un día algo cambió en su relación.

Un día, durante el recreo, Melany estaba jugando con una pelota cuando de repente la pelota fue a parar al otro lado del patio. Camilo corrió para reagarrarla y se la devolvió a Melany con una sonrisa. -¡Gracias Camilo! -dijo Melany emocionada.

De repente algo extraño pasó por la mente de Melany: ¡se había dado cuenta de que le gustaba Camilo! Pero no sabía cómo decirle lo que sentía. Los días pasaron y cada vez que veía a Camilo sentía mariposas en el estómago.

Un día decidió hablar con su mejor amiga Lola sobre lo que estaba sintiendo. -Lola, necesito tu ayuda -susurró Melany-. Me gusta mucho Camilo pero no sé cómo decírselo. -¡Ohhh qué emoción! -exclamó Lola-.

Bueno, ¿por qué no le escribes una carta? Esa noche, Melany escribió una carta muy especial para Camilo. Le contaba todo lo que sentía por él y le preguntaba si quería ser su novio.

Al día siguiente, antes de entrar a clases, se acercó a él y le entregó la carta temblorosamente. Camilo leyó la carta con atención y luego miró a los ojos a Melany. -¡Sí quiero ser tu novio! -dijo emocionado mientras abrazaba fuertemente a Melany.

Desde ese momento comenzaron una hermosa relación llena de aventuras y risas. Pero un día, durante una excursión al campo, se perdieron en el bosque. -¡Oh no! ¿Qué vamos a hacer? -preguntó Melany preocupada. -Tranquila, yo sé cómo orientarnos -dijo Camilo con seguridad-.

Vamos a seguir la dirección del sol para encontrar el camino de regreso. Después de caminar por horas finalmente encontraron el camino de vuelta. Estaban agotados pero felices de haberse ayudado mutuamente y haber superado juntos una situación difícil.

A partir de ese momento, Melany y Camilo aprendieron que cuando están juntos pueden superar cualquier obstáculo. Y así siguieron creciendo juntos, apoyándose mutuamente en cada aventura que vivían como novios inseparables.