Cartas al Cielo



Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas.

Sofía siempre había soñado con pasar la Navidad junto a su familia, pero desafortunadamente, sus padres se habían alejado y no podían estar juntos durante las fiestas. Sofía vivía con sus abuelitos, quienes eran personas amorosas y sabias. Aunque no tenían mucho dinero, siempre procuraban hacer felices a su nieta. Sin embargo, esta Navidad era diferente para Sofía.

Estaba triste porque extrañaba a sus padres y anhelaba poder celebrar todos juntos. Un día antes de Nochebuena, mientras paseaban por el mercado navideño del pueblo, los abuelitos notaron la tristeza en los ojos de Sofía.

Decidieron hablar con ella para saber qué le pasaba. "¿Qué te pasa, mi querida Sofi? Pareces preocupada", dijo la abuelita con ternura. Sofía bajó la cabeza y respondió: "Extraño tanto a mamá y papá en estas fechas.

Me encantaría poder pasar la Navidad todos juntos". Los abuelitos intercambiaron miradas comprensivas y el abuelito tomó la palabra: "Sabes, querida Sofi, aunque tus padres estén lejos físicamente, el espíritu de la Navidad nos enseña que podemos encontrar esperanza y amor en lugares inesperados".

Sofía levantó su rostro sorprendida: "¿A qué te refieres?"El abuelito sonrió cálidamente: "Mañana es Nochebuena y quiero que hagamos algo especial. Vamos a escribir cartas a tus padres, expresando nuestros deseos y sentimientos. Después, las enviaremos al cielo".

Sofía se emocionó con la idea y juntos pasaron toda la noche escribiendo hermosas palabras de amor y esperanza en sus cartas. Al día siguiente, Sofía y sus abuelitos salieron al jardín con las cartas en mano.

Cada uno soltó su carta al aire, viéndola elevarse hacia el cielo azul. "Espero que nuestras palabras lleguen hasta ellos", dijo Sofía mientras observaba cómo las cartas desaparecían entre las nubes. Justo cuando estaban por entrar a casa, escucharon un ruido proveniente del camino.

Para su sorpresa, eran los padres de Sofía que habían llegado para pasar la Navidad junto a ella. "¡Mamá! ¡Papá! ¿Es verdad? ¿Están aquí para quedarse?", exclamó Sofía emocionada.

Los padres sonrieron y asintieron: "Hemos leído vuestras hermosas cartas desde muy lejos y decidimos regresar para estar junto a nuestra pequeña en esta Navidad". La alegría invadió el corazón de todos mientras se abrazaban fuertemente.

Los abuelitos miraron orgullosos la felicidad que habían logrado traerle a su nieta.

Desde ese día, la familia no solo celebró una Navidad llena de amor y unión, sino que aprendieron una valiosa lección: el poder de la esperanza y el amor puede hacer realidad los sueños más profundos cuando menos lo esperamos. Y así fue como Sofía descubrió que, aunque las circunstancias parezcan difíciles, siempre hay una esperanza en Navidad para encontrar el amor y la felicidad junto a aquellos que más queremos.

FIN.

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