Cartas de amistad


Había una vez en un lejano pueblo de la provincia de Buenos Aires dos amigos inseparables llamados Andy y David. Ambos compartían todo, desde los juegos en el parque hasta las meriendas en la casa de uno u otro.

Pero un día, algo cambió entre ellos. Todo comenzó cuando David tuvo que mudarse a otra ciudad debido al trabajo de sus padres.

La distancia se interpuso entre los dos amigos, y lo que parecía una separación temporal se convirtió en algo más permanente. Andy extrañaba a su amigo terriblemente, pero no sabía cómo expresarlo. Los días pasaban y las llamadas telefónicas se volvieron menos frecuentes, hasta que dejaron de comunicarse por completo.

Andy se sentía abandonado y triste, pero su orgullo no le permitía dar el primer paso para reconciliarse con David. Un día, mientras paseaba por el parque donde solían jugar juntos, Andy se encontró con una mariposa hermosa revoloteando cerca de él.

Sin darse cuenta, siguió a la mariposa hasta llegar a un claro del bosque donde descubrió algo sorprendente: ¡una carta dirigida a él escrita por David! Andy abrió la carta y leyó las sinceras disculpas de su amigo por haberse alejado sin explicación.

También decía cuánto lo extrañaba y lo importante que era su amistad para él. Las lágrimas brotaron de los ojos de Andy al leer las palabras cariñosas de David.

Decidido a recuperar su amistad, Andy tomó papel y lápiz y escribió una larga carta contándole a David cuánto lo había echado de menos y lo arrepentido que estaba por haber permitido que la distancia los separara.

Días después, Andy recibió una respuesta de David llena de alegría y emoción. Los dos amigos se disculparon mutuamente y prometieron no dejar nunca más que nada ni nadie interfiriera en su amistad. Desde ese día, Andy y David mantuvieron viva su amistad a pesar de la distancia.

Se enviaban cartas regularmente e incluso organizaban videollamadas para ponerse al día con sus vidas. Aprendieron que la verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo si ambos están dispuestos a trabajar en ella.

Y así fue como Andy y David demostraron que incluso cuando parece que todo está perdido, siempre hay una manera de encontrar el camino hacia el corazón del otro.

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