Cartas de amor a Laura
Había una vez, en un pequeño colegio de la ciudad, una profesora llamada Laura que enseñaba a ocho niños y niñas de infantil.
Laura era muy cariñosa y dedicada con sus alumnos, siempre buscando nuevas formas de enseñarles y hacerles aprender mientras se divertían. Un día, los ocho niños decidieron hacerle un libro de agradecimiento a su querida profesora. Se reunieron en secreto durante el recreo y comenzaron a planear cómo sería el libro perfecto para ella.
"Podemos pintarle dibujos bonitos", dijo Sofía. "Y escribirle poesías", propuso Tomás. "También podemos contarle nuestras experiencias favoritas del año", sugirió Martina.
Así fue como los ocho niños trabajaron juntos durante varios días para crear el libro más especial que habían hecho nunca. Cada uno escribió una carta personal a Laura, contándole lo mucho que la querían y lo feliz que estaban por haber sido sus alumnos ese año.
El día antes del último día de clases, los niños le entregaron el libro a Laura con nerviosismo e ilusión. Ella abrió las primeras páginas y no pudo contener las lágrimas al leer las palabras tan dulces que cada niño había escrito.
"¡Es hermoso! ¡No puedo creerlo!", exclamó emocionada Laura. "Queríamos demostrarte todo nuestro amor por ti", dijo Julieta con una sonrisa. "Gracias por ser la mejor maestra del mundo", agregó Juanito.
Laura abrazó fuerte a cada uno de sus alumnos, sintiendo en su corazón todo el cariño y la gratitud que ellos le habían expresado. Y en ese momento, supo que su mayor recompensa como maestra era el amor de sus pequeños alumnos.
Desde ese día, Laura se sintió aún más motivada para seguir enseñando y ayudando a los niños a crecer y aprender. Y cada vez que miraba el libro de agradecimiento, recordaba todo lo que había logrado con su dedicación y cariño hacia sus alumnos.
Y así termina nuestra historia, con un mensaje importante: nunca subestimes el poder del amor y la gratitud. Un simple gesto de aprecio puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien.
FIN.