Casti y el Conejito Perdido


Había una vez en un campo soleado, un caballo llamado Casti que vivía en un castillo rodeado de árboles de aguacate.

Casti era un caballo muy especial, tenía el pelaje blanco y brillante como la nieve y sus ojos eran del color del cielo. Un día, mientras Casti pastaba tranquilamente en el campo, vio a lo lejos un pequeño conejito que estaba perdido. El conejito estaba muy asustado y no sabía cómo volver a su hogar.

Casti se acercó al conejito para ayudarlo. "Hola pequeño amigo - dijo Casti con su voz suave - ¿estás perdido?""Sí" - respondió el conejito temblando "no sé cómo volver a mi casa".

Casti sabía que tenía que ayudar al conejito a encontrar su camino de regreso a casa, así que decidió llevarlo al castillo donde vivía. En el camino, encontraron muchos obstáculos pero juntos los superaron con valentía y determinación.

Cuando llegaron al castillo, el dueño les recibió con una gran sonrisa. Era una mujer mayor muy amable que se dedicaba a cuidar animales heridos y abandonados. "¡Vaya! ¡Qué bonita amistad habéis formado!" - exclamó la mujer al verlos llegar juntos.

La mujer les ofreció comida y agua fresca para reponerse después del largo viaje y mientras comían juntos comenzaron a hablar sobre sus aventuras en el campo soleado.

"Nunca imaginé tener amigos tan especiales como tú" - dijo emocionado el conejito mirando fijamente los ojos de Casti. "La amistad es algo muy valioso, siempre debemos cuidarla" - respondió Casti con una sonrisa en su rostro. A partir de ese día, Casti y el conejito se convirtieron en amigos inseparables.

Juntos aprendieron muchas cosas nuevas y vivieron emocionantes aventuras que los unieron aún más.

Y así, gracias a la solidaridad y el amor entre amigos, Casti encontró un nuevo propósito en la vida: ayudar a otros animales necesitados como lo había hecho con su amigo conejito.

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