Castillo de Arena y Limpieza de Playa


la situación. Un día, mientras caminaba por la playa, encontró a un grupo de niños jugando en la arena. - Hola chicos, ¿qué están haciendo? -preguntó Júlia. - Estamos construyendo castillos de arena -respondió uno de los niños.

Júlia se acercó y comenzó a ayudarlos a construir el castillo más grande que habían hecho nunca.

Mientras trabajaban juntos, Júlia les contó sobre su tristeza al ver toda la basura en el mar y cómo esto afectaba a los animales marinos. - ¿Por qué no hacemos algo para ayudar? Podemos organizar una limpieza de playa y reagarrar toda la basura -propuso Júlia. Los niños estuvieron muy emocionados con la idea y se pusieron manos a la obra.

Juntos planearon una limpieza de playa para el fin de semana siguiente y repartieron folletos para invitar a otros niños y adultos del vecindario a unirse a ellos.

El día de la limpieza llegó y muchos voluntarios se presentaron con guantes y bolsas para reagarrar basura. Los niños lideraron el esfuerzo, corriendo por la playa con entusiasmo mientras llenaban sus bolsas con todo tipo de desechos: botellas vacías, envoltorios de comida rápida, tapones de plástico e incluso neumáticos viejos.

Al final del día, todos estaban agotados pero felices por haber logrado hacer una gran diferencia en su comunidad.

Miraron hacia atrás en lo que habían logrado juntos: una costa limpia sin rastro alguno de basura flotante o acumulada en las orillas. - ¡Lo hicimos! -gritó Júlia, emocionada. -Gracias a todos por su ayuda. Los niños se miraron y sonrieron con orgullo antes de abrazar a Júlia y saltar en la arena.

Desde ese día, Júlia y los niños continuaron organizando limpiezas regulares de playa y trabajando juntos para proteger el medio ambiente marino. Y así, poco a poco, Santos recuperó su belleza natural gracias al esfuerzo conjunto de una comunidad comprometida con el cuidado del planeta.

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