Castor y la Aventura de la Amistad
Érase una vez en un frondoso bosque de Argentina, un castor llamado Castor, que vivía con sus amigos: la ardilla Belu, el ciervo Nico y el pato Lucho. Estos cuatro amigos eran inseparables y pasaban sus días explorando la naturaleza y jugando juntos. Un soleado día de primavera, mientras jugaban cerca de la orilla del río, el grupo decidió que era momento de construir una cabaña.
"¡Vamos a construir la cabaña más grande del bosque!" - propuso Castor emocionado.
"¡Sí! Podemos usar ramas y hojas!" - agregó Belu.
"Y yo puedo traer agua del río para que se mantenga firme" - dijo Lucho.
"Yo traeré ramas del bosque para el techo" - dijo Nico.
Todos comenzaron a trabajar juntos. Castor, con su gran habilidad para construir, guiaba a sus amigos en el proceso. Se reían y disfrutaban mientras unían las ramas y tejían hojas. Cuando la cabaña comenzó a tomar forma, se sintieron orgullosos. Pero de repente, un fuerte viento sopló y se llevó parte del techo.
"¡Oh no!" - exclamó Belu.
"No te preocupes, podemos arreglarlo juntos" - dijo Castor, tratando de calmar a sus amigos.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que la tarea no sería tan fácil. Mientras intentaban arreglar el techo, empezaron a discutir.
"¡Tienes que sujetar las ramas más fuertes!" - gritó Nico.
"¡Y vos no estás haciendo lo suficiente!" - respondió Belu.
"¡Vamos, chicos! ¡No se peleen!" - intervino Lucho.
Las tensiones aumentaron hasta que, en un momento de frustración, castor decidió irse.
"Si no saben trabajar en equipo, entonces no tengo por qué seguir aquí" - dijo. Con el corazón apesadumbrado, se alejó del grupo, sintiendo que la amistad se había roto.
Castor se sentó bajo un árbol grande y reflexionó sobre lo sucedido.
"Tal vez si hubiera escuchado más a mis amigos..." - pensó. Mientras tanto, Belu, Nico y Lucho se dieron cuenta de la importancia de trabajar juntos.
"Creo que deberíamos disculparnos con Castor" - sugirió Nico.
"Sí, lo necesitamos para que la cabaña sea especial" - intervino Lucho.
"Vamos, ¡no podemos dejar que se vaya así!" - añadió Belu, y comenzaron a buscarlo.
Después de un rato, lo encontraron y dijeron:
"¡Castor! ¡Lo sentimos mucho! No debimos pelear" - exclamó Belu.
"Sí, somos un equipo y tenemos que trabajar juntos" - agregó Lucho.
"Perdón, Castor, fue mi culpa también. Sigamos construyendo juntos" - dijo Nico.
Castor, con una sonrisa en el rostro, aceptó sus disculpas.
"Claro, amigos. Aprendamos de esto y hagamos una mejor cabaña juntos".
Se volvieron a unir, esta vez más conscientes de la importancia de la colaboración. Mientras trabajaban, se reían y recordaban lo que había pasado.
Finalmente, después de un gran esfuerzo, terminaron la cabaña. Era hermosamente construida, con un techo de hojas verdes y paredes de ramas.
"¡Lo logramos!" - gritaron al unísono.
"Esto es mucho mejor cuando todos trabajamos juntos" - añadió Castor, mirando a sus amigos.
Desde ese día, los cuatro amigos aprendieron que la amistad y el trabajo en equipo eran esenciales. Nunca más se dejaron llevar por la frustración, sino que siempre se apoyaron y celebraron sus diferencias. Juntos, se convirtieron en los mejores constructores del bosque, y la cabaña se transformó en su refugio favorito.
“Y así, entre risas y juegos, Castor y sus amigos continuaron creando memorias en su cabaña, siempre recordando que la verdadera amistad se construye con paciencia y amor.”
FIN.