Catalina y el hechizo de la amabilidad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña llamada Catalina que era conocida por ser muy banidosa. Siempre estaba metiéndose en problemas y causando travesuras a su alrededor.
Sus padres, cansados de sus travesuras, decidieron darle una lección para que aprendiera a comportarse mejor.
Una mañana, mientras Catalina jugaba en el parque con sus amigos, se encontró con un hada madrina que le dijo: "Catalina, por tus travesuras y tu falta de respeto hacia los demás, te he lanzado un hechizo. A partir de ahora, todo lo que hagas mal se volverá en tu contra". Catalina rió y no creyó en las palabras del hada madrina.
Siguió haciendo travesuras sin importarle las consecuencias. Un día, decidió robar unas frutas del mercado pensando que no pasaría nada. Pero al llegar a casa y probar las frutas robadas, descubrió que tenían un sabor amargo y desagradable.
Asustada por lo ocurrido, Catalina corrió a buscar al hada madrina para pedirle ayuda. El hada le explicó que solo si cambiaba su actitud y empezaba a actuar con bondad y respeto hacia los demás podría romper el hechizo.
Desde ese día, Catalina decidió cambiar su forma de ser. Ayudaba a sus vecinos, compartía con sus amigos y siempre actuaba con amabilidad. Poco a poco, las cosas comenzaron a mejorar para ella.
Un día, mientras paseaba por el parque ayudando a reagarrar la basura junto a sus amigos, el hada madrina apareció nuevamente frente a ella. "Has demostrado ser una niña bondadosa y generosa", dijo el hada sonriendo.
Con un toque de su varita mágica, rompió el hechizo que pesaba sobre Catalina. Desde entonces, Catalina se convirtió en la niña más querida del pueblo. Todos apreciaban su nueva actitud y disfrutaban de su compañía. Aprendió que ser amable y respetuosa traía consigo muchas alegrías y buenas experiencias.
Y así fue como La catalina banidosa se transformó en La catalina amorosa; una historia llena de enseñanzas sobre la importancia de actuar con bondad y respeto hacia los demás.
FIN.