Catalina y el poder de la mediación
Había una vez una niña llamada Catalina que era muy valiente y siempre estaba dispuesta a defender lo que consideraba justo.
Vivía en un pequeño pueblo en Argentina y asistía a la Escuela Primaria San Martín, donde tenía muchas amigas. Un día, Catalina se encontró en medio de un conflicto entre dos de sus amigas, Alma y Amalia. Ellas habían tenido una discusión por un malentendido y estaban decididas a pelearse al día siguiente después de clases.
Catalina se preocupó mucho cuando escuchó sobre el enfrentamiento. Sabía que la violencia no era la solución y decidió hacer algo al respecto. Durante toda la noche, pensó en cómo podía evitar que sus amigas se lastimaran.
Al día siguiente, Catalina llegó temprano a la escuela con una idea brillante en mente. Se acercó a Alma y le dijo: "Alma, sé que estás enfadada con Amalia, pero pelear no es la mejor manera de resolver las cosas.
¿Qué te parece si intentamos hablarlo?"Alma dudó por un momento pero finalmente accedió. Las dos se sentaron en un rincón tranquilo del patio escolar y empezaron a conversar sinceramente sobre lo sucedido.
Catalina ayudaba a mediar y asegurarse de que ambas tuvieran tiempo para expresar sus sentimientos sin interrupciones. Después de mucho hablar, Alma y Amalia se dieron cuenta de que todo había sido solo un malentendido.
Habían interpretado mal las palabras del otro y eso les había llevado a estar tan enfadadas. Con lágrimas en los ojos, Alma abrazó a Amalia y le pidió disculpas por haber querido pelear. Amalia también se disculpó y las dos amigas se perdonaron mutuamente.
Catalina sonrió al ver cómo su plan había funcionado. Sabía que la comunicación era fundamental para resolver los problemas y mantener una amistad fuerte. Desde ese día, Catalina se convirtió en la mediadora oficial de la escuela.
Siempre estaba dispuesta a ayudar a sus amigos a resolver sus conflictos pacíficamente. Su habilidad para escuchar y comprender a los demás hizo que todos confiaran en ella. Con el tiempo, Catalina logró crear un ambiente de armonía en la Escuela Primaria San Martín.
Los niños aprendieron que no hay necesidad de pelear cuando pueden hablar y entenderse entre sí. La historia de Catalina se convirtió en un ejemplo inspirador para todos los niños del pueblo.
Aprendieron que con empatía, respeto y diálogo, podían construir relaciones sólidas basadas en la amistad verdadera. Y así, Catalina demostró que incluso en medio de los conflictos más difíciles, siempre hay una manera pacífica de resolverlos.
Su valentía y sabiduría hicieron del mundo un lugar mejor para todos los niños del pueblo.
FIN.