Cati y el viaje energético



Había una vez una pequeña célula llamada Cati, que vivía en un maravilloso mundo dentro del cuerpo humano. Cati era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba por el torrente sanguíneo, Cati se encontró con su amiga Ana, otra célula muy inteligente. Ana le dijo a Cati: "¡Hola amiga! Hoy te voy a contar algo muy interesante sobre nuestro funcionamiento". Cati se emocionó y preguntó: "¿Qué es lo que quieres contarme, Ana?".

Ana sonrió y le dijo: "Sabes, nuestro cuerpo necesita energía para funcionar correctamente. Y esa energía la obtenemos de los alimentos que comemos".

Cati asintió con entusiasmo y exclamó: "¡Ahora entiendo! Eso significa que somos como pequeñas fábricas de energía". Ana rió y respondió: "Exactamente, querida amiga. Nuestro proceso de obtener energía se llama catabolismo. Es cuando descomponemos los alimentos en moléculas más pequeñas para poder aprovechar sus nutrientes".

Cati estaba fascinada y preguntó: "Pero ¿cómo utilizamos esa energía?". Ana explicó pacientemente: "Esa es la parte aún más emocionante. Una vez que hemos obtenido las moléculas de nutrientes necesarias, llevamos a cabo el anabolismo.

Es cuando usamos esas moléculas para construir nuevas estructuras celulares y reparar las dañadas". Cati ahora estaba completamente absorta en la conversación y exclamó emocionada: "¡Somos verdaderos artistas de la construcción, Ana!". Ana asintió y dijo: "¡Así es! Nuestro cuerpo está lleno de células trabajadoras como nosotras.

Cada una tiene una función importante para mantenernos sanos y fuertes". De repente, mientras seguían charlando, Cati vio algo brillante a lo lejos. Era un pedazo de alimento flotando en el torrente sanguíneo.

Cati se acercó rápidamente y gritó: "¡Mira, Ana! ¡Tenemos trabajo que hacer!"Ambas células se apresuraron hacia el alimento y comenzaron a descomponerlo en moléculas más pequeñas. Luego, utilizaron esas moléculas para reparar las partes dañadas del cuerpo humano.

Después de completar su tarea con éxito, Cati y Ana regresaron a su lugar original en el torrente sanguíneo. Estaban agotadas pero felices por haber hecho una gran diferencia en la salud del cuerpo humano.

Cati sonrió agradecida y dijo: "-Gracias por enseñarme tanto hoy, Ana. Ahora sé lo importante que es nuestro trabajo". Ana abrazó a Cati y respondió: "-De nada amiga. Siempre recuerda que cada célula cuenta y juntas podemos lograr cosas maravillosas".

Desde ese día, Cati siguió explorando el mundo interior del cuerpo humano con entusiasmo renovado. Sabía que ella era parte fundamental del funcionamiento de todo el organismo.

Y así, gracias al catabolismo y anabolismo de las células como Cati y Ana, nuestro cuerpo sigue funcionando correctamente día tras día. Fin.

FIN.

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