Caty la Oruga y la Aventura en el Bosque
Era una mañana soleada en el bosque, y Caty, la oruga, despertó muy contenta. "Hoy es un buen día para aventurarme", pensó mientras se estiraba sobre una hoja verde brillante. Caty había oído historias sobre un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores, y estaba decidida a encontrarlo.
"¡Voy a ser la primera oruga en ver ese jardín!", exclamó Caty llena de entusiasmo.
Con un pequeño saltito, comenzó su camino por el bosquecillo. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que se encontrara con su primer obstáculo.
Delante de ella se erguía un gran charco.
"¿Cómo cruzaré eso?" se preguntó, un poco preocupada. "Si me mojo, me volveré pesada y no podré seguir avanzando".
De pronto, escuchó un suave zumbido.
"¡Hola, Caty!" dijo una abeja que revoloteaba cerca. "¿Qué te preocupa?".
"Hola, Abeja Sofia. Tengo que cruzar este charco, pero no sé cómo hacerlo".
"No te preocupes, yo puedo ayudarte. Puedo llevarte en mi espalda hasta el otro lado".
Caty, aunque un poco asustada por las alturas, aceptó la oferta. La abeja la alzó suavemente, y juntas cruzaron el charco. Al llegar al otro lado, Caty estaba muy agradecida.
"¡Gracias, Sofía! Sin tu ayuda, no lo habría logrado".
"Siempre es bueno ayudar a los amigos", respondió la abeja sonriente.
Caty continuó su camino, animada. Sin embargo, a medida que se adentraba en el bosque, se encontró con un grupo de hormigas que se movían de un lado a otro, cargando hojas muy grandes.
"La senda está bloqueada, ¡no voy a poder seguir!", exclamó Caty angustiada.
Una de las hormigas, llamada Ana, la miró y dijo:
"Podemos ayudarte. Si empujamos juntas, podremos mover esas hojas".
Caty no podía creerlo. Las hormigas eran pequeñas, pero muy fuertes. Juntas, Caty y las hormigas empujaron las hojas hasta despejar el camino.
"¡Lo logramos! ¡Soy más fuerte de lo que pensaba!", gritó Caty emocionada.
"¡El trabajo en equipo siempre funciona!", respondió Ana con una sonrisa.
Después de despedirse de sus nuevas amigas, Caty siguió su camino, cada vez más emocionada. Pero de repente, se encontró en una encrucijada. Había dos caminos: uno oscuro y espeso, y otro luminoso, pero muy estrecho.
"¿Cuál debo elegir?", se cuestionó Caty. "El camino oscuro parece aterrador, pero el estrecho, aunque brillante, podría ser difícil de atravesar".
En ese momento, apareció un viejo búho, que observaba todo desde una rama alta.
"Caty, no te asustes. A veces, los caminos difíciles son los que conducen a los mejores destinos. Pero también debes ser valiente para elegir el correcto".
Caty pensó por un momento y decidió que quería ser valiente, así que optó por el camino estrecho. Al avanzar, tuvo que esforzarse mucho, ya que había muchas espinas, pero de pronto, escuchó un coro. ¡Un hermoso canto!"¿Qué será eso?", pensó, intrigada. Siguiendo el sonido, Caty llegó a un claro lleno de flores.
"¡Es el jardín!", gritó emocionada.
En el jardín, todas las flores brillaban con colores vivos, y las mariposas revoloteaban felices. Caty estaba asombrada. Nunca había visto algo tan bonito.
"¡Hola, oruga!", la saludó una mariposa. "¿Cómo llegaste hasta aquí?".
"Fue una gran aventura llena de peligros, pero ahora estoy aquí gracias a mis amigos".
"Eso es lo más importante", le respondió la mariposa. "La amistad y el trabajo en equipo te ayudaron a alcanzar este hermoso lugar".
Caty comprendió que había aprendido mucho en su aventura. Se dio cuenta de que la amistad y la colaboración son clave para superar cualquier obstáculo.
"¡Volveré a ver a mis amigos y compartiré el jardín con ellos!", exclamó Caty con alegría.
Con el corazón lleno de gratitud, Caty emprendió el camino de regreso al bosque, lista para contarles a todos sobre la importancia de la amistad y de trabajar juntos. Desde ese día, siempre recordaría que, aunque los caminos puedan ser difíciles, tener amigos a tu lado hace la aventura mucho más hermosa.
FIN.