Cazadores de grillos



En un caluroso día en el desierto, una serpiente llamada Sofía se deslizaba por la arena en busca de algo delicioso para comer. Estaba hambrienta y cansada de cazar ratones y lagartijas.

Mientras se movía con elegancia entre las rocas, vio a lo lejos a un pequeño escorpión llamado Martín que también parecía buscar comida. Sofía se acercó al escorpión y le dijo amablemente: "Hola, Martín. ¿Estás buscando algo para comer?" -preguntó con curiosidad. "Sí, Sofía.

Estoy tratando de encontrar algún insecto sabroso", respondió Martín con entusiasmo. Ambos animales decidieron unir fuerzas para buscar comida juntos.

Sofía usó su aguda vista para detectar presas a lo lejos, mientras que Martín utilizó su aguijón venenoso para atrapar insectos rápidos. Juntos formaban un equipo imparable. Después de un rato buscando, encontraron un grupo de grillos saltando entre las dunas.

Sofía y Martín idearon un plan: la serpiente distraería a los grillos mientras el escorpión los atrapaba uno por uno. El plan funcionó a la perfección y pronto tenían una buena cantidad de grillos para comer. Se sentaron juntos bajo la sombra de una roca y disfrutaron de su festín en silencio.

"¡Gracias por tu ayuda, Sofía! ¡No podría haber atrapado tantos grillos sin ti!" -dijo Martín con gratitud. Sofía sonrió y respondió: "De nada, Martín. Ha sido genial trabajar juntos.

¡Deberíamos hacerlo más seguido!"Los dos amigos aprendieron que trabajar en equipo podía llevarlos más lejos de lo que podrían llegar solos. Desde ese día, Sofía y Martín se convirtieron en compañeros inseparables en el desierto, compartiendo no solo la comida sino también grandes aventuras juntos.

Y así fue como una serpiente hambrienta y un escorpión ávido encontraron amistad y colaboración en medio del vasto desierto, demostrando que incluso los animales más diferentes pueden llevarse bien cuando trabajan juntos hacia un objetivo común.

FIN.

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