Ceci, la defensora del bosque


Había una vez una nena llamada Ceci, que desde muy pequeña soñaba con ser un hada y vivir en el bosque.

Cada noche antes de dormir, cerraba los ojos e imaginaba cómo sería su vida si pudiera volar con sus alas mágicas y ayudar a todos los animales del bosque. Un día, mientras caminaba por el parque cercano a su casa, Ceci encontró una varita mágica tirada en el pasto.

Sin pensarlo dos veces, la agarró y comenzó a agitarla esperando que algo mágico sucediera. Pero nada pasó. "¡Qué raro!"- dijo Ceci decepcionada. De repente, un hombre mayor se acercó y le preguntó qué estaba haciendo.

Ella le contó todo sobre su sueño de ser un hada y como había encontrado la varita mágica. El hombre sonrió y le dijo:"Ceci, no necesitas una varita para ser un hada.

Todo lo que necesitas es creer en ti misma y en tu capacidad para hacer cosas maravillosas". Ceci se sintió inspirada por las palabras del hombre e hizo una promesa a sí misma de nunca dejar de creer en sus sueños.

A partir de ese momento, comenzó a practicar todos los días para convertirse en la mejor versión de sí misma. Ayudaba a cuidar el jardín de su abuela, alimentaba a los pájaros del parque y recogía la basura que encontraba tirada en la calle.

Un día mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, escuchó unos gritos desesperados provenientes del lago. Al acercarse, vio a un zorro atrapado en una red y luchando por liberarse.

Ceci no dudó ni un segundo y con valentía se metió al agua para ayudar al animal. Con mucho esfuerzo, logró cortar la red y liberar al zorro. Él le agradeció con una sonrisa y juntos regresaron al bosque.

El zorro le contó que había sido atrapado por unos cazadores furtivos que querían venderlo como mascota. Ceci se indignó ante esta noticia, pero también sintió una gran alegría por haber podido salvar a su nuevo amigo.

Desde ese día, ella decidió convertirse en la defensora de los animales del bosque y luchar contra cualquier forma de maltrato hacia ellos. La historia de Ceci se extendió rápidamente entre los habitantes del bosque, quienes comenzaron a llamarla "El hada protectora".

Ella continuó cuidando el bosque y sus habitantes todos los días, convirtiéndose en un ejemplo para todos aquellos que deseaban hacer algo bueno por el mundo. Y así, Ceci aprendió que no necesitaba ser un hada mágica para hacer cosas maravillosas.

Todo lo que necesitaba era creer en sí misma y trabajar duro cada día para alcanzar sus sueños.

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