Celebrando con Amor y Alegría
En un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivían María, Jesús y su hijo Hugo. La familia era muy unida y siempre estaban dispuestos a ayudarse mutuamente.
Un día, mientras María estaba cocinando en la cocina, Jesús jugaba con Hugo en el jardín. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano. - ¿Qué será ese ruido, papá? - preguntó Hugo con curiosidad.
Jesús se acercó a la ventana y vio que un grupo de animalitos del bosque estaba en problemas. Sin dudarlo, decidió ir a ayudarlos. - María, voy a ver qué les pasa a estos animalitos.
¿Puedes cuidar de Hugo por un momento? - dijo Jesús mientras se ponía sus botas para salir al rescate. María asintió con una sonrisa y se quedó con Hugo en casa. Mientras tanto, Jesús llegó al bosque y vio que los animalitos estaban atrapados en una red gigante que había sido dejada por cazadores furtivos.
Con mucha habilidad y paciencia, Jesús logró liberar a todos los animalitos y devolverles la libertad que tanto ansiaban. Los animalitos le estaban tan agradecidos que decidieron hacerle una fiesta sorpresa para celebrar su valentía y bondad.
Mientras tanto, en casa, María había preparado unas ricas galletitas para cuando regresara Jesús. Hugo estaba feliz jugando con sus bloques de construcción mientras esperaba a su papá.
Finalmente, Jesús regresó a casa cargado de flores silvestres que los animalitos le habían regalado como muestra de gratitud. Todos juntos compartieron las galletitas de María y disfrutaron de una tarde llena de amor y alegría.
Esa noche, antes de dormir, Hugo abrazó a sus papás fuertemente y dijo:- Gracias por ser tan valientes y amorosos. Los quiero mucho. María y Jesús sonrieron felices sabiendo que tenían todo lo que necesitaban: amor incondicional y una familia unida que siempre estaría ahí para cuidarse mutuamente en Villa Feliz.
FIN.