Celestina y el Arco Iris de Emociones
¿Sabías que Celestina, la pequeña estrella del pueblo de Luzlandia, tenía una especial conexión con las emociones de los niños? A veces, ella brillaba más que nunca, pero en otras ocasiones, sus destellos eran más apagados. Un día, mientras danzaba por el cielo, sus lágrimas cayeron sobre el suelo, creando un hermoso charquito brillante.
"- Celestina, ¿por qué lloras?" le preguntó Tico, un pequeño pajarito que siempre sabía cómo alegrar a todos.
"- Porque me siento triste al ver que los niños no comparten sus emociones. Los veo sonreír, pero a veces, también los escucho suspirar. Quiero que todos se sientan bien", respondió Celestina, con su voz suave como el viento.
"- Yo puedo ayudarte a que se sientan mejor! Vamos a hacer algo junto con los niños!" propuso Tico.
Ambos volaron hacia la plaza del pueblo, donde los niños jugaban. Al llegar, Tico subió a la ramita de un árbol y comenzó a cantar.
"- ¡Escuchen, amigos! ¡Tico tiene una sorpresa para ustedes!" exclamó Celestina, iluminando el cielo con un destello.
Los niños se acercaron curiosos y sonrieron.
"- Hoy aprenderemos sobre nuestras emociones! A veces nos sentimos felices, y otras veces tristes, y eso está bien. ¡Las emociones son como colores!" dijo Tico.
"- ¿Colores?" preguntó Sofi, una niña de trenzas.
"- Sí! Puede que hoy sea un día azul porque te sientas un poco triste, o un día amarillo si estás feliz como el sol. Todos sentimos cosas diferentes, y eso es hermoso. ¡Vamos a dibujarlas!"
Con lápices de colores y hojas blancas, los niños empezaron a dibujar. Uno dibujó un sol amarillo brillante, otro eligió un cielo azul con nubes grises y alguien más pintó un arco iris.
Celestina, al ver cómo los niños plasmaron sus emociones, comenzó a sentir que su tristeza se disipaba. Comenzó a brillar con más fuerza.
"- ¡Miren, el arco iris! ¡Es un símbolo de nuestras emociones!" gritó Tico.
"- ¡Sí! Mi dibujo es de un día feliz, y aunque a veces estoy triste, sé que puedo volver a ser feliz. ¡Es como un ciclo!" exclamó Sofi.
De repente, el viento sopló y llevó todos los dibujos hasta el cielo. Los niños observaron asombrados cómo sus dibujos se unían, creando un enorme arco iris en el cielo.
"- ¡Miren, nuestras emociones son como este arco iris!" gritó Tico emocionado. "- ¡Brillan juntas, y cada una es importante!"
Celestina, viendo el maravilloso espectáculo, se sintió agradecida. "- Gracias, niños. Han iluminado mi corazón. Es normal sentirnos de diferentes maneras, y siempre debemos compartirlo. ¡Así como ustedes lo hicieron hoy!"
Los niños rieron y se abrazaron. Desde ese día, en Luzlandia, cada vez que alguien lloraba, los demás lo acompañaban. Se crearon momentos especiales donde todos compartían sus colores y emociones.
Y así, Celestina dejó de llorar, porque su luz brillaba más que nunca, sabiendo que juntos podían transformar las emociones en algo hermoso, como un mágico arco iris en el cielo.
Colorín colorado, este cuento ha terminado.
FIN.