Células en Aventura



Había una vez en un pequeño jardín, un grupo de células muy curiosas y aventureras. Cada una tenía su propia personalidad y características únicas. Entre ellas se encontraban Profase y Metafase, dos amigas inseparables.

Un día, mientras exploraban el jardín, Profase y Metafase se toparon con Mendel, un jardinero muy sabio que les contó la historia de su vida. Les habló sobre cómo había descubierto las leyes de la herencia a través de sus experimentos con plantas.

"-¡Hola queridas células! Me llamo Mendel y soy el jardinero encargado de cuidar este hermoso lugar. Pero además, soy un científico apasionado por entender cómo se transmiten las características de los seres vivos", les dijo emocionado.

Intrigadas por las palabras de Mendel, Profase y Metafase le pidieron que les explicara más sobre sus descubrimientos. "-Bueno chicas, todo comienza con el ADN, el material genético que contiene todas nuestras instrucciones para ser quienes somos", comenzó a explicar Mendel.

Las células prestaron mucha atención mientras Mendel continuaba su relato: "-Cuando los organismos se reproducen sexualmente, como las plantas o los animales, ocurre algo llamado cruces genéticos.

Esto significa que los genes del padre y la madre se mezclan para crear nuevas combinaciones". Profase no podía creerlo: "-¿Así es como obtenemos nuestras características? ¡Es fascinante!"Mendel sonrió y asintió: "-Exactamente.

Y lo interesante es que algunas características son dominantes, lo que significa que se expresan siempre que estén presentes en los genes. Otras, en cambio, son recesivas y solo se manifiestan si están presentes en dos copias".

Metafase se quedó pensativa: "-Entonces, ¿cómo sabemos qué características heredaremos?"Mendel les explicó sobre las leyes de la herencia y cómo a través de experimentos con diferentes plantas pudo descubrir patrones genéticos. Les habló de los cruces entre plantas de flores rojas y blancas, y cómo llegó a entender el porcentaje de probabilidad para obtener cada color.

Las células estaban maravilladas con todo lo que Mendel les había contado. Pero querían más aventuras y conocimientos. "-¿Pueden llevarme al núcleo celular? Quiero ver dónde está el ADN", pidió Metafase emocionada.

Profase también estaba ansiosa por explorar: "-¡Claro! Vamos a buscar una célula donde podamos observar la profase y metafase del ciclo celular". Así fue como las tres partieron hacia una célula en división.

Allí pudieron ver cómo el ADN se condensaba formando cromosomas durante la profase, para luego alinearse ordenadamente en la metafase antes de dividirse equitativamente entre las dos células hijas. Fue una experiencia mágica para Profase y Metafase.

Aprendieron sobre la importancia del ADN, cómo se transmiten las características y vieron de cerca el proceso de división celular. Cuando regresaron al jardín, Mendel les dijo: "-Chicas, espero que hayan disfrutado tanto como yo de esta aventura. Recuerden que el conocimiento es una herramienta poderosa y siempre deben seguir aprendiendo".

Profase y Metafase asintieron emocionadas: "-¡Gracias, Mendel! Prometemos seguir explorando y aprendiendo para convertirnos en células aún más sabias".

Y así, Profase y Metafase continuaron su camino por el jardín, con la certeza de que el conocimiento era como un tesoro que podían descubrir en cada rincón del mundo. Juntas, aprenderían sobre la vida y las maravillas de la genética.

FIN.

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