Cenicienta, la profesora de música feliz


Había una vez una joven llamada Cenicienta, que vivía con su malvada madrastra y sus dos hermanastras. Todos los días, la hacían trabajar sin descanso en las tareas del hogar.

Un día, mientras Cenicienta estaba limpiando la chimenea, escuchó un ruido en el jardín. Al asomarse por la ventana, vio a un apuesto príncipe que buscaba desesperadamente a alguien que pudiera calzar el zapato de cristal que había encontrado en su baile.

Cenicienta corrió hacia la puerta para abrirle al príncipe, pero su madrastra lo detuvo y le dijo que no era digna de probarse el zapato. Sin embargo, Cenicienta se negó a rendirse y escapó de casa para buscar al príncipe.

Cuando llegó al palacio real con el zapato de cristal en mano, todos se sorprendieron al verla. Pero cuando se probó el zapato y este le quedó perfecto, el príncipe supo que ella era la mujer de sus sueños.

De esta manera, Cenicienta y el príncipe vivieron felices para siempre. ---Pero ¿qué pasaría si hubiera otro final alternativo? Uno donde Cenicienta no depende del amor romántico para ser feliz y salir adelante... Cenicienta estaba cansada de ser maltratada por su madrastra y hermanastras.

Un día decidió hablar con ellas para pedirles un trato más justo: "No pido lujos ni riquezas -dijo-, solo deseo poder estudiar y tener tiempo libre para hacer lo que me gusta".

La madrastra y las hermanastras se rieron a carcajadas: "¿Estudiar? ¿Qué podrías tú estudiar?", le dijeron. Pero Cenicienta no se dejó intimidar y decidió buscar ayuda en la biblioteca del pueblo. Allí encontró libros sobre ciencia, literatura, historia y filosofía.

Y descubrió que tenía un gran talento para la música y el dibujo. Así que empezó a dedicar sus tardes libres a practicar estas artes.

Con el tiempo, su madrastra y hermanastras se dieron cuenta de que Cenicienta ya no era tan sumisa como antes. Se sorprendieron al verla tocar el piano con destreza o dibujar retratos impresionantes. Pero en lugar de sentirse celosas, decidieron apoyarla en su camino hacia una vida más plena.

Incluso le consiguieron un trabajo como profesora de música en la escuela del pueblo. Cenicienta nunca se casó con ningún príncipe encantador, pero eso no importaba. Había encontrado su propia felicidad gracias a su perseverancia y talento. Y eso es lo que realmente importa al final.

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