Chanchito y la cometa voladora


Había una vez en la granja de Tito, un simpático cerdito llamado Chanchito que soñaba con volar alto por el cielo. Todos los días miraba a los pájaros revolotear y se preguntaba cómo sería poder hacer lo mismo.

Un día, mientras paseaba por la granja, Chanchito encontró una cometa olvidada en el campo. Sin pensarlo dos veces, decidió intentar volarla.

Con un poco de esfuerzo y ayuda de sus amigos del corral, logró elevarla en el aire y sentir la emoción de estar —"volando" . -¡Miren, miren! ¡Estoy volando como los pájaros! -gritaba emocionado Chanchito mientras corría por el campo. Sus amigos lo miraban sorprendidos y felices por él.

La gallina Carlota dijo: -¡Qué valiente eres, Chanchito! Nunca imaginamos que podrías cumplir tu sueño de volar. Chanchito sonreía radiante y les agradeció a todos por haberlo ayudado a hacer realidad su anhelo. Pero su aventura apenas comenzaba.

De repente, una ráfaga de viento fuerte se llevó la cometa lejos de la granja, hacia un bosque cercano donde nunca antes habían ido los animales. Chanchito sintió miedo al principio, pero recordó todo lo que había aprendido sobre valentía y decidió seguir su cometa.

-¡No se preocupen amigos! ¡Voy a recuperar mi cometa aunque tenga que ir al fin del mundo! -exclamó determinado Chanchito antes de adentrarse en el bosque desconocido. El camino no fue fácil: tuvo que sortear obstáculos como ríos caudalosos y árboles frondosos.

Pero cada vez que sentía ganas de rendirse, recordaba las palabras de aliento de sus amigos en la granja.

Finalmente, luego de muchas peripecias, Chanchito llegó a un claro del bosque donde encontró su cometa atrapada en las ramas altas de un árbol gigante. Sin dudarlo ni un segundo, escaló con valentía hasta llegar a ella y logró liberarla. -¡Lo logré! ¡Recuperé mi cometa gracias a mi valentía y determinación! -gritaba feliz Chanchito desde lo alto del árbol.

De regreso en la granja, todos los animales recibieron a Chanchito entre aplausos y felicitaciones.

La vaca Matilde exclamó:-¡Eres todo un héroe para nosotros! Chanchito les contó emocionado todas las aventuras vividas en el bosque y cómo había aprendido que con esfuerzo y valor se pueden alcanzar los sueños más grandes.

Desde ese día, Chanchito siguió soñando con volar alto por el cielo; pero esta vez sabiendo que no hay límites para aquellos que creen en sí mismos y tienen el coraje para perseguir sus sueños. Y así fue como en la granja de Tito todos aprendieron una importante lección: nunca subestimar el poder del valor y la determinación para alcanzar aquello que pareciera imposible.

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