Chanchito y la lección de la amistad



Había una vez en una granja en el campo, un cerdito muy travieso llamado Chanchito. A diferencia de los otros animales, a Chanchito le encantaba jugar bromas y hacer travesuras todo el tiempo.

Un día, mientras los demás animales estaban ocupados trabajando en la granja, Chanchito decidió gastarles una broma. Chanchito esperó a que todos estuvieran distraídos y corrió hacia el gallinero.

Allí, recogió todos los huevos que las gallinas habían puesto con tanto esfuerzo y los escondió detrás de unos arbustos. Las pobres gallinas se pusieron muy tristes al no encontrar sus preciados huevos y comenzaron a cacarear desesperadas. -¡Qué ha pasado con nuestros huevos! -exclamó Gallina Clotilde.

-Chanchito debe haber sido el responsable de esta travesura -dijo Gallina Filomena entre picoteos nerviosos. Los animales de la granja se reunieron para decidir qué hacer con Chanchito y cómo enseñarle una lección para que dejara de ser tan travieso.

Fue entonces cuando Burro Benjamín propuso algo inesperado. -¿Y si le damos a Chanchito la oportunidad de redimirse? Podríamos darle una tarea difícil para ver si realmente puede comportarse como un buen amigo -sugirió Burro Benjamín con voz sabia.

Todos estuvieron de acuerdo con la idea y fueron en busca de Chanchito. Cuando lo encontraron revolcándose en el barro, le contaron sobre la desaparición de los huevos y su posible responsabilidad en ello.

Chanchito, sintiéndose avergonzado por lo que había hecho, aceptó la tarea que le propusieron: debía recolectar comida suficiente para toda la granja durante una semana sin gastar bromas ni hacer travesuras. Si lograba completar la tarea con éxito, demostraría que podía cambiar su actitud traviesa.

Durante esa semana, Chanchito trabajó duro recolectando maíz, verduras y frutas para todos los animales de la granja. Se esforzaba cada día por cumplir su promesa y demostrar que podía ser un buen amigo para los demás habitantes del lugar.

Finalmente, llegó el día en que debía presentar todo lo recolectado ante los demás animales. Cuando mostró cada uno de los alimentos cuidadosamente seleccionados, los demás no podían creer lo mucho que había cambiado Chanchito en tan poco tiempo.

Gallina Clotilde se acercó a él emocionada y dijo: "Chanchito, has demostrado ser digno de nuestra amistad al trabajar tan duro por el bienestar de todos nosotros".

Desde ese día en adelante, Chanchito dejó atrás su actitud traviesa y se convirtió en uno más del grupo comprometido con ayudar a sus amigos siempre que fuera necesario. Aprendió que las bromas pueden lastimar a otros pero también supo valorar lo importante que es tener amigos dispuestos a dar segundas oportunidades.

Y así vivieron felices por siempre jamás en aquella granja del campo donde florecía la amistad entre todos sus habitantes.

FIN.

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