Changos Seguros



Había una vez dos changos traviesos llamados Pancho y Lola, que vivían en lo alto de un árbol frondoso en la selva. Les encantaba brincar de rama en rama y jugar sin parar.

Un día, mientras su mamá los observaba desde la copa del árbol, Pancho tuvo una idea descabellada. - ¡Lola, vamos a brincar juntos hasta el otro extremo de la sala! - exclamó Pancho emocionado.

Sin pensarlo dos veces, los dos changos se lanzaron al vacío con un brinco gigante. Pero justo cuando estaban por llegar al otro lado, algo salió mal y Pancho tropezó con una ramita suelta y cayó al suelo de cabeza.

- ¡Ay! ¡Pancho! - gritó Lola asustada mientras bajaba corriendo a ayudarlo. La mamá chango descendió rápidamente del árbol y se acercó a donde estaban los hermanitos.

Con voz firme pero amorosa les dijo:- ¿Qué les dije sobre hacer cosas peligrosas? Ahora mira lo que pasó, Pancho se lastimó por no tener cuidado. Pancho se levantó lentamente sobándose la cabeza y mirando avergonzado a su mamá. - Lo siento mucho mamá, no volveré a hacer algo así - dijo con tristeza en sus ojos.

La mamá chango abrazó a sus hijos con ternura y les explicó pacientemente:- Entiendo que les gusta divertirse y explorar, pero siempre deben pensar primero en su seguridad. Las aventuras son geniales, pero debemos ser responsables y cuidarnos unos a otros.

Los tres changos regresaron al árbol principal y pasaron el resto del día jugando tranquilamente entre las ramas. Pancho aprendió la lección de manera dura esa vez, pero entendió que escuchar a su mamá era importante para evitar accidentes.

Días después, los tres changos organizaron un juego nuevo que era seguro y divertido para todos. Construyeron un puente de lianas entre dos árboles cercanos y disfrutaron cruzándolo juntos sin correr riesgos innecesarios.

Desde ese día, Pancho siempre recordaba las palabras sabias de su mamá antes de embarcarse en cualquier aventura arriesgada. Y aunque seguía siendo travieso como siempre, ahora lo hacía con más precaución y responsabilidad gracias a la valiosa lección aprendida aquel día.

FIN.

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