Chanito y el pajarillo herido

En una granja muy especial llamada Granja Felicidad, vivía un niño llamado Chanito. A Chanito le encantaban los animales, pero sobre todo tenía una debilidad por los marranitos.

En la granja había muchos marranitos, pero el favorito de Chanito se llamaba Juliáncito. Juliáncito era un marranito muy simpático y travieso. Siempre estaba jugando con Chanito y lo hacía reír con sus travesuras.

Un día, mientras paseaban por la granja, Juliáncito le dijo a Chanito:"¡Chanito, vamos a explorar el bosque! Seguro que encontramos aventuras emocionantes. "Chanito, emocionado por la propuesta de su amigo marranito, aceptó sin dudarlo. Juntos se adentraron en el frondoso bosque que rodeaba la granja.

Mientras caminaban entre los árboles y escuchaban el canto de los pájaros, Juliáncito le contaba a Chanito historias fantásticas sobre valientes caballeros y princesas encantadas. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente de unos arbustos cercanos.

Con cautela se acercaron y descubrieron que era un pajarillo herido que necesitaba ayuda. Sin pensarlo dos veces, Chanito tomó al pajarillo entre sus manos y decidieron llevarlo de vuelta a la granja para curarlo. "¡Gracias por ayudarme!" -dijo el pajarillo al llegar a la granja.

Los demás animales de la granja se acercaron para ver qué sucedía y cuando vieron al pajarillo herido no dudaron en ofrecer su ayuda. Todos colaboraron para cuidar del pequeño pajarillo hasta que estuvo completamente recuperado.

El gesto solidario de Chanito y Juliáncito inspiró a todos los habitantes de la Granja Felicidad a ser más amables y generosos unos con otros.

A partir de ese día, la granja se convirtió en un lugar donde reinaba la armonía y la cooperación entre todos sus integrantes. Chanito aprendió una importante lección: siempre es bueno ayudar a quienes lo necesitan sin esperar nada a cambio.

Y así siguió disfrutando de las travesuras junto a su querido amigo Juliáncio en la Granja Felicidad, donde cada día era una nueva aventura llena de amor y amistad. Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Felices para siempre!