Chiquitín y la lección de amabilidad



En un bosque encantado vivía Chiquitín, un puercoespín muy enojón que siempre decía las cosas de manera brusca y grosera.

Sus amigos del bosque, como el conejito Saltarín, la ardilla Risueña y el zorrito Travieso, estaban cansados de su mal carácter. Un día, mientras Chiquitín intentaba jugar con ellos, todos lo ignoraron y se fueron corriendo. El puercoespín se quedó solo y triste sin entender qué había pasado.

Fue entonces cuando apareció Don Oso, el más sabio del bosque. "¿Qué te pasa, Chiquitín? Veo que estás muy triste", dijo amablemente Don Oso acercándose al puercoespín. Chiquitín le contó lo sucedido con sus amigos y cómo ya no querían jugar con él por ser tan malhumorado.

"Quizás sea hora de reflexionar sobre tus palabras y la forma en que te comunicas con los demás", sugirió el oso con calma. Chiquitín frunció el ceño al principio, pero luego decidió escuchar los consejos de Don Oso.

Este le explicó que decir la verdad era importante, pero también era fundamental hacerlo con amabilidad y cariño para no lastimar a los demás.

"Intenta hablar desde el corazón y verás cómo tus palabras pueden cambiar las cosas", agregó Don Oso antes de desaparecer entre los árboles. Chiquitín reflexionó durante horas sobre las palabras del oso sabio. Al día siguiente, decidió poner en práctica lo aprendido e ir a disculparse con sus amigos.

Con valentía, se acercó al conejito Saltarín primero:"Saltarín, lamento mucho haber sido tan brusco contigo. Me gustaría poder jugar juntos otra vez si me das una oportunidad", expresó Chiquitín sinceramente. El conejito se sorprendió por la actitud amable de Chiquitín y aceptó sus disculpas encantado.

Luego fue a ver a la ardilla Risueña y al zorrito Travieso, repitiendo sus disculpas con cada uno de ellos. Para su alegría, sus amigos le dieron una segunda oportunidad y volvieron a jugar juntos como antes.

Desde ese día, Chiquitín aprendió a comunicarse mejor con los demás: siempre decía la verdad pero ahora lo hacía con respeto y consideración hacia los sentimientos de los demás.

El puercoespín descubrió que las palabras tienen un gran poder: podían lastimar o alegrar corazones dependiendo de cómo se usaran. Y así, Chiquitín se convirtió en un amigo querido por todos en el bosque gracias a su nueva forma de expresarse con amabilidad y cariño.

¡Y colorín colorado este cuento ha terminado!

FIN.

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