Chispita y la figurita de Messi


Había una vez, en la calle Arenales, una cucaracha llamada Chispita. Chispita era muy curiosa y le gustaba explorar el mundo que la rodeaba.

Un día, mientras caminaba por la calle, vio a un cucaracho llamado Carlitos juntando figuritas del mundial. - Hola Carlitos ¿qué estás haciendo? - preguntó Chispita. - Estoy juntando figuritas del mundial. Pero nunca me sale la de Messi - respondió tristemente Carlitos.

Chispita se sintió mal por él y decidió ayudarlo a conseguir la figurita que tanto anhelaba. Juntos buscaron por toda la ciudad, visitaron kioscos y revisteros pero no encontraron la ansiada figurita de Messi.

- No te preocupes Carlitos, no necesitas esa figurita para ser feliz - dijo Chispita tratando de animarlo. - Pero es mi favorito y quiero tener su figura en mi álbum - respondió Carlitos con lágrimas en los ojos.

Chispita entendió lo importante que era para él conseguir esa figurita y decidió hacer algo al respecto. Recordó haber visto una tienda de deportes cerca del parque central y pensó que ahí podrían encontrarla. - Vamos a intentarlo una última vez - dijo Chispita con determinación.

Juntos llegaron a la tienda de deportes donde encontraron varias cajas llenas de sobres con las tan codiciadas figuras del mundial.

Compraron varios sobres y comenzaron a abrirlos ansiosamente hasta que finalmente encontraron ¡la figura de Messi! Carlitos estaba tan emocionado que saltaba arriba y abajo mientras sostenía su nueva adquisición en la mano. - ¡Gracias Chispita! ¡Eres la mejor amiga que he tenido! - exclamó Carlitos abrazando a Chispita.

Chispita se sintió muy feliz de haber ayudado a su amigo y aprendió una valiosa lección: nunca subestimes el poder de un pequeño acto de bondad. A partir de ese día, Chispita y Carlitos se convirtieron en amigos inseparables y siempre estuvieron dispuestos a ayudarse mutuamente.

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