Chow, el perro estelar



Había una vez un perrito llamado Chow que vivía en un pequeño pueblo. Chow era un perro muy juguetón y siempre estaba lleno de energía. Le encantaba correr por el parque, jugar con los niños y perseguir mariposas.

Un día, mientras Chow correteaba por el parque, se topó con un anciano sentado en un banco. El anciano parecía triste y solitario. Chow se acercó a él y comenzó a lamerle la mano para intentar animarlo.

El anciano sonrió y le dijo: "Gracias, pequeño amigo. Me has hecho recordar lo hermoso que es tener compañía". Desde ese momento, el anciano y Chow se volvieron inseparables.

Pasaban horas juntos caminando por el pueblo, compartiendo historias e incluso jugando al escondite. Pero un día, algo inesperado sucedió. Chow enfermó gravemente y tuvo que ser llevado al veterinario. A pesar de todos los cuidados que recibió, su salud empeoraba cada vez más.

"¿Qué vamos a hacer ahora?" -preguntó preocupado el anciano al veterinario. El veterinario suspiró y respondió: "Lo siento mucho, pero no hay nada más que podamos hacer por él". El corazón del anciano se rompió en mil pedazos al escuchar estas palabras.

No podía imaginar su vida sin su fiel amigo Chow. Cuando llegaron a casa, ambos se sentaron frente a la chimenea abrazándose con lágrimas en los ojos.

"Chow" , dijo el anciano entre sollozos-, "siempre estarás en mi corazón, mi querido amigo". En ese momento, ocurrió algo mágico. La chimenea comenzó a brillar intensamente y una luz cálida envolvió a Chow y al anciano. "¡Mira!" -exclamó el anciano asombrado"Chow, estás volando".

El perrito flotaba en el aire rodeado de un resplandor dorado. El anciano se dio cuenta de que Chow estaba ascendiendo hacia el cielo. "No te preocupes por mí", dijo Chow con voz suave pero clara-, "estaré bien aquí arriba.

Siempre estaré cuidando de ti desde el cielo". El anciano sonrió mientras veía a su amado amigo desaparecer entre las nubes. Sabía que Chow había encontrado la paz y la felicidad en el cielo.

A partir de ese día, el anciano siguió recordando a Chow con cariño y gratitud por haberle enseñado lo importante que es tener compañía y amor en la vida. Aunque extrañaba mucho a su amigo animal, sabía que siempre estarían conectados de alguna manera especial.

Con el tiempo, el anciano decidió adoptar otro perro para llenar su hogar con alegría nuevamente. Adoptó a un cachorro llamado Max, quien también se convirtió en un gran compañero para él.

Y así, la historia del perrito Chow se convirtió en una leyenda del pueblo. Los niños escuchaban sobre él y aprendían la importancia de valorar las amistades sinceras y cómo superar la pérdida con amor y esperanza.

Desde entonces, cada vez que alguien ve una estrella brillante en el cielo, recuerda al valiente y amoroso Chow, el perrito que fue al cielo pero nunca dejó de cuidar a su mejor amigo en la tierra.

FIN.

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