Cinco Noches de Amistad



Había una vez en un pequeño pueblo argentino un niño llamado Lucas que soñaba con ser un gran aventurero. Un día, decidió visitar un viejo parque de diversiones que había estado cerrado durante años. Lucas había escuchado rumores sobre unos animatrónicos misteriosos que cobraban vida en la noche, y estaba decidido a descubrir qué pasaba realmente.

Al caer la noche, Lucas se armó de valor y se adentró en el parque. Las luces parpadeaban y el viento susurraba entre las atracciones. De repente, escuchó un ruido extraño.

"¿Hola?" - llamó Lucas, con un poco de temor en su voz.

De pronto, apareció un animatrónico de un divertido payaso llamado Risas. Era colorido, con grandes ojos y una sonrisa que iluminaba la oscuridad.

"¡Hola, pequeño aventurero! ¡Bienvenido al Parque de la Diversión!" - exclamó Risas, haciendo una reverencia.

"¿Ustedes son los animatrónicos que cobran vida?" - preguntó Lucas, sorprendido.

"¡Así es! Cada noche, nos levantamos para jugar y divertirnos. Pero no te preocupes, no mordemos. Solo buscamos amigos" - dijo Risas con una risa amigable.

Lucas, intrigado, aceptó jugar con ellos. Pronto se unieron otros animatrónicos: una bailarina llamada Lumi, un feroz pero amistoso dragón llamado Chispas y una cabra traviesa llamada Salta.

"¡Vamos a hacer una carrera por el parque!" - propuso Chispas.

Lucas, emocionado, se lanzó a correr junto a sus nuevos amigos. Sin embargo, mientras corrían, Salta se distrajo y cayó en un pequeño pozo cubierto de hierbas.

"¡Salta! ¡Estás bien!" - gritó Lucas, preocupado.

"¡Sí, pero necesito ayuda para salir!" - respondió Salta desde el fondo.

"¡Rápido, chicos! ¡Debemos ayudarla!" - dijo Lucas, mostrando su valor.

Los animatrónicos se unieron y comenzaron a idear un plan. Lumi utilizó un lazo para atrapar a Salta, mientras Risas y Chispas ayudaban a tirar. Con esfuerzo conjunto, lograron rescatar a la cabra traviesa.

"¡Gracias, amigos! ¡Estaba muy asustada!" - dijo Salta, temblando de emoción.

"Siempre debemos cuidar de nuestros amigos, ¿verdad?" - comentó Lucas, satisfecho.

La diversión continuó y entre juegos, risas y anécdotas, Lucas y los animatrónicos formaron una amistad inquebrantable. Al llegar el amanecer, Lucas supo que debía regresar a casa, pero no sin antes prometerse a sí mismo volver al parque.

"Siempre estaré aquí cada vez que necesiten un amigo" - dijo Lucas mientras se despedía.

Y así, Lucas volvió a su hogar con el corazón lleno de alegría y la lección de que la amistad y la solidaridad son los mayores tesoros de la vida. Cada vez que soplaba el viento, se acordaba de sus amigos animatrónicos y de las grandiosas aventuras que tuvieron juntos.

Aunque las noches en el Parque de la Diversión se llenaban de risas, nunca olvidó que la verdadera magia estaba en ayudar a los demás y en la unión que formaron. Lucas prometió volver y seguir aprendiendo con sus nuevos amigos, porque, después de todo, la verdadera aventura solo comienza con el primer paso hacia la amistad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!