Cinnamorroll y el Gran Bosque de los Animales



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, una niña alegre y curiosa llamada Cinnamorroll. Desde muy pequeña, Cinnamorroll había tenido una fascinación especial por los animales. Su habitación estaba llena de peluches de todas las formas y tamaños, y pasaba horas leyendo libros sobre las criaturas que habitaban en la Tierra.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, Cinnamorroll escuchó un suave murmullo que la hizo detenerse. "¿Quién está ahí?", preguntó, mirando a su alrededor con ojos grandes y brillantes. "Soy yo, el Sr. Zorro", respondió un pequeño zorro de pelaje anaranjado que se asomó detrás de un arbusto. "Hola, Sr. Zorro!", exclamó Cinnamorroll emocionada. "¿Qué haces aquí?"

El zorro sonrió y le dijo: "He visto cómo cuidas a los animales en tu pueblo y quiero pedirte ayuda". Intrigada, Cinnamorroll se acercó un poco más. "¿Qué puedo hacer por ti?" "El bosque está en peligro. Un grupo de personas quiere talar los árboles para construir una carretera. Sin los árboles, muchos de nuestros hogares serán destruidos".

Cinnamorroll sintió un nudo en el estómago. "No puedo dejar que eso ocurra. ¡Debemos hacer algo!" "¿Cómo podríamos salvar el bosque?" preguntó el zorro.

Cinnamorroll pensó por un momento y tuvo una idea. "Podríamos hacer una reunión con todos los animales del bosque. Juntos, podemos hacer un plan y hablar con los humanos". El Sr. Zorro asintió con entusiasmo, "¡Esa es una gran idea! ¡Juntémonos con los demás!".

A lo largo de ese día, Cinnamorroll y el zorro recorrieron el bosque, invitando a todos los animales que encontraron. Mientras caminaban, se encontraron con una tortuga sabia que vivía cerca de un lago. "¡Tortuga, necesitamos tu ayuda! El bosque está en peligro y queremos reunir a todos para salvarlo".

"Yo sé muchas cosas sobre los humanos y cómo piensan. Puedo ayudarles a escuchar", dijo la Tortuga con voz pausada.

Después de reunir a más de veinte animales, todos se sentaron en un claro bajo un gran roble. Cinnamorroll se puso de pie, sintiendo que el peso del mundo caía sobre sus pequeños hombros. "Gracias a todos por venir. Necesitamos unir fuerzas para salvar nuestro hogar. ¿Alguien tiene ideas sobre cómo hacerlo?" "Podríamos hacer un gran cartel en el camino que les muestre lo valioso que es el bosque", propuso un colorido loro.

"¡Sí!", gritó un conejito. "Y podríamos hacer una canción, así ellos se acordarán de nosotros cuando la escuchen".

Cinnamorroll sonrió con entusiasmo. "¡Son brillantes! Esto nos dará voz. ¿Qué les parece si nos dividimos en grupos? Algunos pueden hacer el cartel y otros pueden trabajar en la canción". Todos asintieron con emoción y rápidamente se pusieron manos a la obra.

Pasaron horas cortando madera para el cartel y creando una hermosa melodía que resonaba en el bosque. El Sr. Zorro se encargó de reunir a los animales más fuertes para llevar el cartel a lo largo del camino.

Finalmente, cuando todo estuvo listo, Cinnamorroll se sintió nerviosa, pero decidida. "Estamos listos. ¡Vamos!"

Al día siguiente, los animales se alinearon a lo largo del camino, sosteniendo el cartel que decía: "¡SALVEN EL BOSQUE! NUESTRO HOGAR, NUESTROS AMIGOS". La melodía que habían creado llenaba el aire y pronto los transeúntes comenzaron a detenerse para escuchar.

Al principio, algunos no se detenían, pero la música era tan hermosa que atrajo a la gente del pueblo. Entre la multitud, un hombre mayor, conocido por ser el alcalde, se detuvo. "¿Qué sucede aquí?" preguntó curiosamente. Cinnamorroll tomó aire y con una voz temblorosa comenzó a hablar. "¡Señor, estamos aquí para proteger nuestro hogar! Sin el bosque, los animales no podrán vivir. Por favor, piensen en lo que están haciendo al talar estos árboles".

El alcalde se quedó pensativo. Sus ojos recorrieron el cartel y escuchó la melodía. "Nunca pensé en el bosque de esta manera. No me di cuenta de lo importante que era para ustedes". Los animales se miraron entre sí, llenos de esperanza.

La conversación continuó, y el alcalde, junto con otros adultos del pueblo, comenzaron a entender la importancia del bosque. Pasaron los días, y por fin, después de interminables charlas, decidieron cancelar el proyecto de la carretera. En su lugar, organizaron un evento para celebrar el bosque y educar a todos sobre la importancia de cuidar la naturaleza.

Cinnamorroll, junto con el Sr. Zorro y todos los demás animales, se sintieron aliviados y felices. Habían demostrado que con unión y creatividad, podían cambiar las cosas. Cuando el pueblo organizó la fiesta, Cinnamorroll sonrió viendo a todos celebrar en armonía, recordando que todos, humanos y animales, podían vivir juntos en el respeto y la protección de su hogar.

Y así, Cinnamorroll, el Sr. Zorro, y todos los habitantes del bosque siguieron cuidando de su tierra, cherando la amistad y la alegría de proteger lo que amaban.

FIN.

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