Ciro y la cocina saludable


Ciro era un niño muy inquieto y alegre, pero tenía un problema: no le gustaba la comida que daban en la escuela.

Todos los días, cuando llegaba el momento del almuerzo, Ciro se ponía triste y decía que quería irse a su casa a comer.

Un día, mientras Ciro estaba sentado en su pupitre esperando que sonara la campana para ir al recreo, su maestra lo llamó y le dijo:- Ciro, ¿por qué siempre te vas sin comer? ¿No te gusta la comida de la escuela? Ciro bajó la cabeza y respondió tímidamente:- No me gusta mucho... La maestra lo miró con ternura y le dijo:- Bueno, Ciro, yo entiendo que tal vez no sea tu comida favorita.

Pero es importante que comas algo para tener energía durante el día.

¿Qué tal si hacemos algo juntos? Ciro levantó la cabeza emocionado y preguntó:- ¿Qué podemos hacer juntos? La maestra sonrió e hizo una propuesta:- Podemos buscar recetas saludables juntos para preparar en casa. Así podrás traer tu propia comida a la escuela. Ciro abrió los ojos sorprendido y exclamó:- ¡Eso es genial! Me encanta cocinar con mi mamá.

A partir de ese día, Ciro empezó a investigar junto a su maestra sobre recetas saludables. Descubrieron muchas opciones ricas y nutritivas que podían ser fáciles de preparar en casa. En poco tiempo, Ciro empezó a llevar sus propias comidas al colegio.

Sus compañeros se acercaban curiosos a preguntarle qué había traído y él se sentía muy orgulloso de poder compartir sus recetas con ellos.

Un día, cuando Ciro estaba comiendo su almuerzo en el patio del colegio, su amigo Tomás se acercó y le dijo:- Ciro, ¿me puedes enseñar cómo preparaste eso? Se ve muy rico. Ciro sonrió y respondió:- ¡Por supuesto! Podemos hacerlo juntos el fin de semana en mi casa. Será divertido.

A partir de ese momento, Ciro se convirtió en un experto en cocina saludable. Comenzó a enseñarles a sus amigos cómo preparar diferentes platos y todos disfrutaban mucho de las comidas que compartían.

Ciro aprendió que no siempre es fácil encontrar lo que nos gusta, pero si buscamos alternativas podemos encontrar soluciones creativas para nuestros problemas. Y así fue como descubrió su pasión por la cocina y logró convertir un problema en una oportunidad para aprender algo nuevo.

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