Citrusella Flugpucker y la Carrera de la Pista de Moras y Frambuesas Azules



Había una vez, en el colorido pueblo de Frutilandia, una mariposa llamada Citrusella Flugpucker. Era una mariposa distinta, con alas de un amarillo brillante y un aroma a frutas que encantaba a todos. Citrusella soñaba con participar en la famosa Carrera de la Pista de Moras y Frambuesas Azules, un evento muy esperado en el que todos los insectos de la región se reunían para demostrar su velocidad y agilidad.

Un día soleado, Citrusella decidió que era el momento de inscribirse en la carrera. Mientras volaba hacia el lugar de inscripciones, se encontró con un grupo de sus amigos, los cuales estaban emocionados por el evento.

"¡Citrusella! ¿Vas a participar en la carrera?" - preguntó Colibrí Cuzzy, un ave ágil y llena de energía.

"Sí, Cuzzy. He estado entrenando y creo que puedo hacerlo. ¡Me siento lista!" - respondió Citrusella con una sonrisa confiada.

Al llegar al lugar de inscripciones, Citrusella se dio cuenta de que algunos de los competidores eran mucho más grandes y fuertes que ella. Por un momento, sintió un nudo en la panza.

"¿Y si no puedo ganar?" - murmuró para sí misma.

Pero no se dejó llevar por sus dudas. Llenó el formulario y se inscribió. Justo antes de comenzar la carrera, Citrusella notó a una pequeña mariquita llamada Margarita que parecía muy nerviosa.

"Hola, Margarita. ¿Estás lista para la carrera?" - le preguntó Citrusella.

"No estoy segura. Todos son tan rápidos, y yo soy tan pequeña..." - contestó Margarita, mirando al suelo con desánimo.

"No te preocupes, exactamente eso nos hace especiales. Cada uno de nosotros tiene su propia fuerza. Solo tienes que dar lo mejor de ti" - la animó Citrusella.

Con esas palabras, Margarita sonrió. La carrera estaba a punto de comenzar. Los competidores tomaron su posición en la línea de salida y el silbato sonó. ¡La carrera había comenzado!

Citrusella voló con todas sus fuerzas. Al principio, iba muy bien, pero de repente, un gran escarabajo llamado Brutus, que era conocido por ser muy rápido y fuerte, la alcanzó.

"¡Fuera de mi camino, mariposa!" - bramó Brutus, empujando levemente a Citrusella con su gran cuerpo.

Citrusella se sintió un poco desanimada, pero recordó lo que le había dicho a Margarita. Así que tomó una respiración profunda y decidió que no dejaría que eso la detuviera. Mientras continuaba, encontró un camino lleno de moras y frambuesas azules que le dieron un impulso de energía.

Sin embargo, en el camino se topó con una curva peligrosa donde muchos de los insectos se estaban quedando atrás. Brutus pasó volando, pero Citrusella fue más astuta.

"¡Voy a buscar un atajo!" - se dijo a sí misma. Recordó que conocía una pequeña senda entre los arbustos que podría llevarla más rápido a la meta.

Aprovechando su tamaño, Citrusella voló bajo y rápidamente hacia el atajo. Mientras los demás luchaban contra la curva, ella atravesó el pequeño camino lleno de flores. Y aunque le costó un poco, logró salir adelante.

En el último tramo de la carrera, Citrusella vio que Brutus estaba confundido y había tomado el camino equivocado, eso le dio la oportunidad perfecta. Con determinación, puso todas sus fuerzas y comenzó a adelantarse a los competidores. El final estaba a la vista.

Finalmente, con un último aleteo de sus alas, Citrusella cruzó la meta antes que todos los demás. ¡Había ganado! Pero lo más importante no era solo la victoria, sino el aprendizaje que había vivido en el proceso.

Cuando llegó a la meta, Margarita ya la estaba esperando.

"¡Lo hiciste, Citrusella! ¡Ganaste!" - exclamó Margarita emocionada.

"No solo gané, Margarita. Aprendí que ser diferente nos hace únicos y que la valentía puede llevarnos lejos. ¡Tú también puedes participar el próximo año!" - contestó Citrusella, llenando a Margarita de inspiración.

Y así, Citrusella Flugpucker, con su gran corazón y su espíritu aventurero, se convirtió no solo en la campeona de la carrera, sino también en un gran ejemplo de que todos podemos brillar, sin importar cuán pequeños o grandes seamos. Desde ese día, ella nunca dejó de participar en la carrera, ¡y siempre alentó a sus amigos a unirse a la próxima aventura!

FIN.

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