Clara, la pequeña artista


Había una vez una niña llamada Clara, que desde pequeña soñaba con convertirse en una gran artista. Le encantaba dibujar, pintar y crear cosas con sus propias manos.

Sin embargo, nadie en su familia parecía entender su pasión por el arte. "Clara, deja de ensuciar tus manos", le decía su mamá. "Eso no te dará de comer en el futuro", decía su papá.

Pero Clara no se desanimaba, cada día buscaba la forma de expresar su creatividad, incluso con papeles y crayones viejos. Un día, mientras paseaba por el parque, conoció a un artista local que estaba pintando un hermoso cuadro. "¿Te gusta el arte, niña?", le preguntó el artista.

"¡Sí! Quiero ser una gran artista cuando sea grande", respondió Clara emocionada. El artista sonrió y le regaló un pequeño lienzo y un juego de acuarelas. "Nunca dejes de pintar lo que sientes en tu corazón, Clara. El arte es libertad y alegría", le dijo.

Clara tomó el regalo con entusiasmo y desde ese día, dedicó todo su tiempo libre a practicar y mejorar sus habilidades. A pesar de las dudas de su familia, Clara se mantuvo firme en su sueño de convertirse en una artista.

Con el tiempo, sus obras comenzaron a llamar la atención de la gente y su entorno empezó a apoyarla. Finalmente, Clara logró exponer sus creaciones en una galería de arte local y su talento fue reconocido por todos.

Desde ese día, Clara supo que nunca debía abandonar sus sueños y que con esfuerzo y dedicación, podía convertirlos en realidad.

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