Clara y Chicombú



Había una vez, en los tiempos de la revolución de mayo de 1810 en Buenos Aires, dos jóvenes que desafiaron las normas de su época: Clara, una niña de ojos brillantes y cabello dorado, hija de una familia tradicional, y Chicombú, un niño valiente y fuerte hijo de un esclavo negro.

Clara siempre había soñado con explorar el mundo más allá de las paredes altas de su casa.

Sin embargo, su familia esperaba que se convirtiera en una dama refinada, destinada a casarse con un hombre rico y llevar una vida cómoda. Por otro lado, Chicombú anhelaba la libertad para decidir su propio destino y no ser tratado como propiedad de nadie.

Un día caluroso de primavera, Clara escapó de su casa sin que nadie la viera y se encontró con Chicombú en el mercado. "¡Hola! ¿Quién eres tú?", preguntó curiosa Clara. "Soy Chicombú, hijo del esclavo Miguel. Y tú, ¿por qué has salido sola?", respondió él con cautela.

Clara le contó a Chicombú sobre sus deseos de libertad y aventura, mientras que él compartió sus anhelos por ser reconocido como un individuo valioso. Juntos decidieron embarcarse en una travesía para desafiar las normas impuestas por la sociedad colonial.

Durante su viaje secreto por los campos verdes y los bosques frondosos fuera de la ciudad, Clara y Chicombú descubrieron lo maravilloso que era compartir sus sueños e ideas sin juicios ni prejuicios.

Se apoyaban mutuamente en cada paso del camino, fortaleciendo su amistad día a día. Sin embargo, pronto enfrentaron desafíos cuando fueron descubiertos por las autoridades locales. La familia de Clara estaba furiosa por su desobediencia, mientras que los dueños de Chicombú querían castigarlo severamente por atreverse a escapar.

A pesar del peligro inminente, Clara y Chicombú se mantuvieron firmes en su determinación de luchar por sus derechos y libertades. Con ingenio e valentía lograron persuadir a sus familias para que los dejaran seguir sus propios caminos.

Finalmente, durante la celebración del primer aniversario de la Revolución de Mayo en la Plaza Mayor (actual Plaza De Mayo), Clara subió al escenario junto a Chicombú para pronunciar un discurso inspirador sobre la igualdad y el respeto mutuo entre todas las personas sin importar su origen o condición social.

Su valentía y determinación conmovieron a todos los presentes ese día; hombres, mujeres, niños. Las voces se alzaron juntas para pedir justicia e igualdad para todos los habitantes del país recién nacido.

Desde entonces, Clara fue recordada como "La Dama Valiente", quien desafió las reglas establecidas para luchar por lo justo. Y Chicumbu pasó a ser conocido como "El Guerrero Noble", cuya fuerza radicaba en su corazón generoso.

Y así, juntos demostraron que cuando dos almas se unen en búsqueda dela verdad, nada puede detenerlos. Porque el verdadero poder reside no solo en desear cambiar el mundo sino también actuar según esos deseos. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero nuestra historia continúa...

FIN.

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