Clara y el gato atrapado



Clara estaba muy emocionada, porque sus papás habían decidido llevarla a pasear en la laguna. Desde que era pequeña, había escuchado historias sobre los patos, las ranas y los peces que vivían allí.

Además, siempre había querido ver de cerca a los cisnes blancos que nadaban en el agua. Mientras caminaban por el sendero hacia la orilla de la laguna, Clara se detuvo para acariciar a un gato negro que se cruzó en su camino.

El gato ronroneó y frotó su cabeza contra la mano de Clara. - ¡Qué lindo gato! -exclamó ella-. ¿Cómo te llamas? El gato maulló y dio un salto elegante antes de desaparecer entre los arbustos cercanos.

- Vamos cariño -dijo Jazmin-, no queremos perder tiempo o nos quedaremos sin ver nada interesante.

Finalmente llegaron a la orilla del agua y Clara estaba maravillada con todo lo que veía: las libélulas revoloteando por encima del agua, los pececitos plateados saltando fuera del agua para atrapar insectos voladores y las aves acuáticas buscando comida bajo el sol brillante. De repente, Clara vio algo extraño flotando en el agua. Era una botella vacía de plástico verde oscuro.

La tomó con cuidado y preguntó:- ¿Por qué alguien dejaría esto aquí? Es malo para los animales del lago. Jazmin sonrió orgullosa al escuchar a su hija hablar así:- Tienes razón cariño. Las personas deben ser más responsables con el medio ambiente.

¿Por qué no la tiramos en un cesto de basura cuando encontremos uno? Clara asintió y se sintió contenta de haber hecho algo bueno por la naturaleza.

Mientras caminaban por el sendero, Clara notó que el gato negro los seguía a cierta distancia. De repente, oyeron un maullido lastimero proveniente del arbusto cercano. El gato había quedado atrapado entre las ramas. - ¡Ayuda! -gritó Clara-.

¡El gato se quedó atrapado! Nico corrió hacia el arbusto y liberó al gato con cuidado. El felino salió corriendo rápidamente, pero antes de desvanecerse dijo:- Gracias amigos, les estaré eternamente agradecido.

Clara sonrió ampliamente y dijo:- Mamá, papá, hoy aprendí que debemos cuidar nuestro planeta y ayudar a los animales siempre que podamos. Jazmin y Nico sonrieron orgullosos al ver lo mucho que su hija había aprendido durante su paseo en la laguna.

Y así, Clara descubrió que uno puede aprender muchas cosas interesantes simplemente caminando por la naturaleza con una mente abierta y curiosa.

FIN.

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