Clara y la batalla mágica


Había una vez en un barrio tranquilo de Buenos Aires, una casa con un jardín muy especial. En ese jardín vivían muchos animalitos, plantas hermosas y árboles frondosos que creaban un ambiente mágico y lleno de vida.

La dueña de la casa se llamaba Clara, una niña curiosa y amante de la naturaleza.

Todos los días después de la escuela, Clara iba al jardín a jugar con sus amigos animales: el conejo Saltarín, el pájaro Trino, la mariposa Colorete y el gato Ronroneo. Un día, mientras regaba las flores, Clara notó que algo extraño estaba sucediendo en su jardín. Las plantas parecían marchitarse rápidamente y los animales estaban inquietos.

Al acercarse a uno de los árboles más antiguos del jardín, escuchó un susurro proveniente de sus ramas. "¡Ayúdanos, Clara! Algo está mal en nuestro hogar", dijo el árbol con voz temblorosa. Clara sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

Sabía que tenía que hacer algo para salvar a su querido jardín. Decidió pedir ayuda a sus amigos animales para descubrir qué estaba causando aquel desastre.

Saltarín saltó por todo el jardín buscando pistas, Trino voló alto para observar desde arriba, Colorete revoloteaba entre las flores buscando señales y Ronroneo husmeaba por todos lados con su aguda nariz. Después de investigar durante horas, los amigos descubrieron que una malvada bruja había lanzado un hechizo sobre el jardín para robar toda su magia y belleza.

Sin embargo, no todo estaba perdido. Encontraron una antigua poción en un rincón olvidado del jardín que podría romper el hechizo si lograban mezclarla correctamente.

Con valentía y trabajo en equipo, Clara y sus amigos se dispusieron a preparar la poción siguiendo las instrucciones cuidadosamente. Cada uno contribuyó con ingredientes especiales: hojas verdes de los árboles ancianos, gotas brillantes del rocío mañanero, pétalos fragantes de las rosas más bellas y plumas multicolores del ave más noble.

Al finalizar la poción y derramarla sobre las raíces del viejo árbol central del jardín, una luz brillante iluminó todo el lugar y se escuchó un sonido mágico que hizo temblar la tierra.

El hechizo se rompió y poco a poco todas las plantas comenzaron a recuperar su esplendor perdido. El jardin volvió a ser ese lugar mágico lleno de vida donde todos los seres vivientes convivían en armonía gracias al amor y cuidado de Clara y sus amigos animales.

Desde entonces nunca más permitieron que nada ni nadie perturbara la paz de aquel maravilloso rincón verde en medio de la ciudad.

Dirección del Cuentito copiada!