Clara y la Máquina de Ideas

En un mundo donde la tecnología y la creatividad se entrelazan, había una joven llamada Clara. Era la gerente de proyectos en DELL Technologies, famosa por sus increíbles ideas y su habilidad para hacer que todo funcionara como un reloj. Siempre llevaba en su mochila una libreta llena de bocetos y notas divertidas. Un día, mientras caminaba por el parque, Clara se encontró con un grupo de niños que intentaban construir un cohete con cartones y cinta adhesiva.

"¡Hola! ¿Qué están haciendo?" - preguntó Clara, emocionada.

"Queremos hacer un cohete para ir a la luna!" - dijo un niño con gorra roja.

"¿En serio? ¡Eso suena increíble! Pero, ¿tienen un plan?" - Clara sonrió, recordando su trabajo en DELL.

Los niños se miraron confundidos. No habían pensado en eso. Clara, llena de ideas, se agachó a su altura.

"Puedo ayudarles a diseñar un plan. Primero, ¿sabían que podemos hacer un cohete que vuele de verdad?" - sugirió.

Los ojos de los chicos se iluminaron.

"¿En serio?" - preguntó la niña de trencitas.

"¡Sí! Pero para eso necesitamos algunos materiales y un buen diseño. Vamos a pensar juntos. ¿Qué creen que necesita un cohete para despegar?" - Clara se puso a dibujar en su libreta.

Los niños empezaron a hablar todos a la vez.

"¡Fuego!" - gritó uno.

"¡Alas!" - dijo otro.

"¡Y un motor!" - agregó la nena con los trencitas.

"¡Exacto!" - Clara escribió en su libreta. "Muy bien, ahora haremos un listado de lo que necesitamos."

Clara se convirtió en su gerente de proyectos del cohete. Pasaron toda la tarde recolectando materiales del parque: botellas vacías, cartones, colores y lo más importante, su imaginación.

Mientras construían, Clara les explicó cómo en su trabajo en DELL, cada proyecto comenzaba con una buena lluvia de ideas.

"La creatividad y el trabajo en equipo son clave para que algo funcione. Cada uno de ustedes tiene ideas fantásticas, ¡y juntos pueden hacer magia!" - animó Clara.

Los niños estaban encantados, y al poco tiempo, el cohete estaba casi listo. Pero cuando llegó el momento de ponerle el motor, se dieron cuenta de que les faltaba algo.

"¿Dónde conseguimos un motor?" - se preguntaron angustiados.

"No se preocupen, existe una solución para cada problema. Vamos a buscar en la tienda de tecnología del barrio, tal vez podamos encontrar una batería que funcione como motor" - sugirió Clara.

Con determinación, emprendieron el camino hacia la tienda. Al llegar, Clara explicó al vendedor lo que estaban haciendo.

"¡Hola! necesitamos algo que haga volar nuestro cohete. ¿Tienes alguna batería que sirva?" - preguntó Clara.

El vendedor, sorprendido por la energía de los niños, les mostró varias opciones.

"Pueden usar esta batería de juguete. Pero asegúrense de conectar todo bien y tener cuidados, porque puede ser un poco peligrosa si no lo hacen."

"¡Lo haremos!" - afirmó Clara. Entusiasmados, compraron la batería y regresaron al parque.

Al llegar, los chicos se apuraron a conectar todo. Clara les dio instrucciones mientras compartía historias sobre cómo a veces los proyectos de DELL no funcionaban a la primera, pero eso estaba bien. Lo importante era no rendirse.

Finalmente, la obra maestra estaba lista. Clara dio un paso atrás y les dijo:

"Ahora, es momento de la verdad. Contemos hasta tres y veamos si nuestro cohete vuela."

"¡Uno!" - gritó el niño de la gorra.

"¡Dos!" - todos los demás unieron sus voces.

"¡Tres!" - y presionaron la batería.

El cohete vibró, hizo un ruido magnífico y, para sorpresa de todos, ¡despegó! Voló unos metros y aterrizó en un arbusto cercano.

"¡Lo logramos!" - gritaron todos felices, saltando de alegría.

Clara, sonriendo, los miró y les dijo:

"Esto es solo el comienzo. Con un buen plan, trabajo en equipo y un poco de determinación, pueden hacer que cualquier idea despegue. ¡Nunca dejen de soñar grandemente!"

Desde aquel día, Clara no solo fue la gerente de proyectos en DELL, sino también la mentora de aquellos niños que aprendieron a construir sus sueños, recordando siempre que con imaginación y trabajo en equipo, ¡todo es posible!

Y así, el parque se convirtió en el lugar donde la magia de las ideas cobra vida, gracias a una joven que les enseñó que los sueños no solo se construyen, ¡se vuelan!