Clarita la gusanita y el poder de la amistad
En un país donde las flores eran tan altas como rascacielos y los ríos de néctar corrían cristalinos, vivía una pequeña gusanita llamada Clarita. Clarita no era una gusanita común y corriente, no. Ella era maestra en la Escuela Pública para Insectos Vulnerables, donde enseñaba a otros insectos sobre la importancia de la amistad y la empatía.
Un día, mientras Clarita estaba en su aula, llegó una mariposa triste llamada Sofía. Sofía había sido rechazada por sus amigos porque todavía no había aprendido a volar como ellos.
- “¡No importa, Sofía! Todos vamos a aprender juntos”, le dijo Clarita con una sonrisa.
Sofía suspiró, pero se sintió agradecida por la bondad de Clarita. Esa tarde, organizó una clase especial.
- “Chicos, hoy vamos a hacer un experimento. Quiero que cada uno intente volar, pero en lugar de eso, haremos lo que mejor sabemos: ¡apoyarnos entre nosotros! ”, explicó Clarita a la clase.
Los insectos comenzaron a intentar volar, pero varios se cayeron al suelo. La mariquita Lila dijo:
- “Yo no puedo hacer esto, no sé cómo ayudar a Sofía”, con lágrimas en sus ojos.
Clarita las miró a todas y les dijo:
- “Lo que importa no es solo el vuelo, sino la intención de ayudarnos. Aprendamos de nuestros errores y celebremos nuestros logros juntos”.
Así, la clase decidió formar un círculo, y mientras Sofía intentaba volar, sus amigos la alentaban. Cantaban, reían y se sorprendían con cada intento de Sofía.
Al caer, Sofía se reía y decía:
- “¡Ay, creo que me voy a quedar en el suelo para siempre! ”
Pero con el apoyo de sus amigos, Sofía comenzó a ganar confianza.
Un día, mientras practicaban en un hermoso campo lleno de flores, Clarita decidió dar el siguiente paso.
- “¿Y si hacemos una competencia de vuelo? Cada uno tendrá que compartir cómo se siente mientras vuela o intenta volar”, propuso.
Los insectos se emocionaron. Sofía se sintió nerviosa, pero Clarita la alentó:
- “Recuerda, lo importante es intentarlo y apoyarnos mutuamente. No estás sola”.
El día de la competencia llegó. Todos los insectos se alinearon, incluida Sofía. Con el mar de amigos observándola, Sofía tomó aire y se lanzó al vuelo. Y aunque no voló alto, ¡lo intentó! Y esa fue su mayor victoria.
- “¡Lo lograste, Sofía! ” gritaron todos sus amigos mientras la rodeaban. Sofía sonrió y dijo:
- “Gracias por creer en mí. El verdadero vuelo es sentir el apoyo de cada uno de ustedes”.
A partir de ese día, Clarita no solo enseñó sobre la importancia de la amistad, sino también que cada uno tiene su propio ritmo y estilo. Sofía pudo volar, pero aprendió que lo más valioso era el cariño de sus amigos. La escuela prosperó, y Clarita se sintió muy orgullosa de sus alumnos.
Y así, en un mundo de flores altísimas y ríos de néctar, Clarita la gusanita enseñó que el verdadero vuelo en la vida es con uno mismo y rodeado de aquellos que nos quieren.
FIN.