Claudia y su amiga a caballo

Claudia era una niña de 7 años que vivía en Narón, un pueblo rodeado de hermosos paisajes verdes. A Claudia le encantaban los caballos, siempre soñaba con montar uno y sentir el viento en su rostro.

Un día, mientras paseaba cerca de su casa, vio a lo lejos a un majestuoso caballo blanco que parecía mirarla fijamente. Claudia se acercó con cautela y el caballo le recibió con un relincho afectuoso.

Desde ese día, Claudia y el caballo se hicieron inseparables. Claudia lo visitaba todos los días y le contaba todas sus aventuras en el colegio de Pozos. El caballo la escuchaba atentamente y movía la cabeza como si entendiera cada palabra.

Juntos vivieron increíbles aventuras, recorriendo senderos y explorando nuevos lugares. Sin embargo, un día el caballo blanco desapareció misteriosamente. Claudia lo buscó por todo el pueblo, pero no lograba encontrarlo.

Después de días de búsqueda, Claudia descubrió que el caballo había sido llevado a un centro ecuestre, donde lo cuidaban y adiestraban. Con valentía, Claudia se acercó al dueño del centro e insistió en visitar a su amigo. Impresionado por la determinación de la niña, el dueño accedió y Claudia pudo reencontrarse con su amiga a caballo.

A partir de ese día, Claudia aprendió a montar y cuidar a su amigo, viviendo innumerables aventuras juntos.