Clementina y sus Medias Únicas
En un bosque encantado, había una pequeña araña llamada Clementina. A ella le encantaba lucir sus coloridas medias. Tenía una colección que haría sonreír a cualquier insecto: rayadas, con lunares, de todos los colores del arcoíris. Cada mañana, cuando se despertaba, se ponía unas medias que combinaban perfectamente con su personalidad alegre y vibrante.
Un día, al abrir su armario, se dio cuenta de que todas sus medias favoritas estaban sucias. Clementina se sintió triste y decepcionada. "Ay, ¿qué voy a hacer sin mis medias? ¿Cómo podré salir a jugar al bosque?"- se lamentó mientras miraba sus patas, que ya estaban listas para un día de aventuras. De repente, una idea brillante se le ocurrió. Agarró una media de cada color y se las puso. ¡Era una mezcla divertida y colorida!"¡Wow, me veo única!"- exclamó con alegría mientras giraba sobre sí misma, admirando su reflejo en un charco. Sin embargo, al salir del bosque, se encontró con otros insectos que la miraban con sorpresa. Un grupo de mariposas se acercó volando.
"Clementina, ¿por qué llevas medias diferentes?"- preguntó una mariposa de alas naranjas.
"¡Porque no tenía las mismas!"- respondió Clementina, un poco sonrojada. La mariposa sonrió y dijo: "¡Me encanta tu look! Eres una verdadera pionera de la moda, Clementina. Ness es diferente, ¡y eso es genial!"
Emocionada, Clementina decidió invitar a todos los insectos a un desfile de modas. "¡Vamos a celebrar lo original! ¡Traigan lo que tengan, no importa si es igual o diferente!"- propuso con entusiasmo. Los insectos se animaron y empezaron a traer sus propias creaciones: insectos de siete colores, orugas con telas de flores y hasta un escarabajo con un sombrero de hojas. Clementina observaba con alegría cómo todos, sin importar su apariencia, se sentían libres de expresarse.
El día del desfile, la llanura estaba llena de risas. "¡Miren a la abeja con esas medias brillantes!"- gritaba una luciérnaga mientras aplaudía. "¡Y qué tal el caracol con ese corset de piedras!"- decía otra. Todos disfrutaron del evento, celebrando lo especiales que eran, cada uno a su manera.
Al final del día, Clementina se dio cuenta de que tenía razón: a veces lo diferente era lo que hacía a alguien especial. "¡Nunca más me preocuparé por usar medias iguales!"- exclamó felizmente. Y así, Clementina se convirtió en una inspiradora para todos los insectos, recordándoles que la verdadera belleza radica en ser uno mismo.
Desde ese día, Clementina siguió usando sus medias de colores, siempre mezclando y combinando, y nunca dejó de celebrar su originalidad. Ahora todos en el bosque la conocen como "Clementina, la araña de las medias únicas". Y lo más importante... ¡los demás insectos aprendieron a amarse tal como eran!
Y así, Clementina vivió feliz, rodeada de amigos que también se animaron a mostrar su propia originalidad.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.