Clo y el brillo propio



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una familia muy especial. En esta familia vivían tres hermanas: Patry, la mayor; Clo, la del medio y Sil, la menor. Sus padres eran Carlitos y Fela.

Clo se despertó emocionada en su cumpleaños. Tenía tantas ganas de celebrar que no podía contener su alegría. Bajó corriendo las escaleras y encontró a sus padres y hermanas esperándola con una gran sonrisa en el rostro.

- ¡Feliz cumpleaños, Clo! - exclamaron todos al unísono mientras le daban abrazos y besos. Clo se sentía muy feliz por todo el amor que recibía en su día especial.

Pero había algo que le preocupaba: ella siempre había sentido que estaba a la sombra de sus hermanas mayores. Patry era muy inteligente y siempre sacaba las mejores notas en el colegio, mientras que Sil era increíblemente talentosa para el deporte.

A medida que pasaba el día, Clo comenzó a sentirse triste pensando en lo diferente que era ella comparada con sus hermanas. Se preguntaba qué tenía de especial para destacarse entre ellas.

Mientras caminaba por el jardín trasero de su casa, encontró a su abuelo sentado bajo un árbol leyendo un libro. Se acercó tímidamente y se sentó junto a él. - Abuelo, ¿alguna vez te has sentido invisible? - preguntó Clo con voz temblorosa.

Su abuelo dejó de leer y mirándola fijamente respondió:- Mi querida nieta, todos nos hemos sentido así en algún momento de nuestras vidas. Pero déjame contarte un secreto: cada uno de nosotros tiene algo único y especial que nos hace brillar, solo debemos descubrirlo.

Clo reflexionó sobre las palabras de su abuelo durante toda la tarde. Decidió que no importaba si no era la más inteligente o la mejor deportista, ella tenía algo dentro de sí misma que aún no había descubierto.

Al día siguiente, Clo se despertó con una determinación renovada. Se propuso explorar todas sus habilidades y encontrar aquello que la hacía única. Comenzó a probar diferentes actividades como pintura, música y cocina.

Un día, mientras ayudaba a su mamá a preparar el almuerzo, Clo se dio cuenta de algo sorprendente: le encantaba cocinar y además era muy buena en ello. Descubrió que podía crear platos deliciosos y únicos utilizando su creatividad e imaginación.

Orgullosa de su nuevo talento, decidió organizar una cena especial para su familia. Preparó un menú increíble con platos exquisitos y presentaciones hermosas. Cuando llegó el momento de servir los platos, todos quedaron maravillados con el talento culinario de Clo.

- ¡Esto es increíble! - exclamaron sus padres asombrados - ¡Eres una verdadera chef! Clo sonrió radiante al darse cuenta de que había encontrado lo que la hacía especial. No necesitaba ser la mejor en todo; simplemente necesitaba descubrir su propio talento y compartirlo con los demás.

A partir de ese día, Clo siguió dedicándose a mejorar en la cocina y compartiendo sus creaciones con su familia y amigos.

Se dio cuenta de que no importaba si era la más inteligente o la mejor deportista, lo importante era ser fiel a sí misma y encontrar su propia pasión. Y así, Clo aprendió una valiosa lección: todos somos únicos y especiales de nuestra propia manera.

No hay necesidad de compararnos con los demás, solo debemos descubrir nuestro propio brillo y dejar que este ilumine el mundo. Y así vivieron felices para siempre, valorando cada uno sus talentos y apoyándose mutuamente en sus sueños.

FIN.

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