Cloe y la Diosa Nut
En un pequeño pueblo de Egipto, lleno de vibrantes colores y mágicas historias, vivía una niña llamada Cloe. Ella era curiosa y aventurera, pero lo que más le fascinaba eran las leyendas de dioses antiguos. Soñaba con conocer a una de esas deidades. Una noche, mientras miraba las estrellas desde su azotea, Cloe hacía planes para una gran aventura.
Un día, Cloe encontró un antiguo mapa escondido en un libro polvoriento de su abuela. "¡Esto debe llevar a un lugar mágico!", exclamó. El mapa mostraba el camino hacia un ojo en el cielo, donde se decía que vivía la diosa Nut, la madre de todas las estrellas. La niña decidió emprender el viaje para encontrarla.
Cloe se preparó con unas galletas de dátiles, una linterna y su estimada brújula. Se adentró en el desierto acompañado por el fresco viento nocturno. Después de caminar un rato, se encontró con un anciano camello que la miraba con curiosidad.
"¿A dónde vas, pequeña?" - preguntó el camello.
"Voy en busca de la diosa Nut. ¡Quiero conocer la magia de las estrellas!" - respondió Cloe con determinación. "¿Has visto su hogar?"
El camello sonrió y dijo:
"Sigue la luz de las estrellas, ella te guiará. Pero ten cuidado, en el camino hay desvíos y pruebas que superar."
Animada, Cloe continuó su camino. De repente, comenzó a oír un susurro entre las hojas. Era un grupo de pequeños duendes de arena que jugaban.
"¿Por qué estás aquí, niña?" - preguntaron ellos.
"Busco a la diosa Nut, quiero que me enseñe sobre las estrellas!"
Los duendes se miraron entre sí con rostro de preocupación.
"Para llegar a ella, tendrás que resolver un acertijo: "En el día soy ventana, en la noche, deseo. ¿Qué soy?"
Cloe pensó intensamente. Después de unos momentos de concentración, un brillo iluminó su rostro.
"¡¡Soy la luna! !"
Los duendes aplaudieron emocionados y le dijeron:
"¡Correcto! ¡Puedes pasar!"
Cloe continuó su senda, sintiéndose más fuerte y decidida. Poco después, llegó a un hermoso oasis donde las estrellas se reflejaban en el agua. Allí, enfrente de ella, apareció un espléndido resplandor que pronto tomó forma humana. Era Nut, la diosa estelar.
"Bienvenida, Cloe. He estado observando tu camino valiente. ¿Qué deseas saber de mí?"
"Quiero aprender sobre las estrellas y cómo brillar en la vida como ellas!"
Nut sonrió sabiamente y respondió:
"Las estrellas no solo brillan por su luz, sino por la confianza que tienen en sí mismas. Todos enfrentan desafíos, pero es la valentía lo que permite brillar. Recuerda siempre que tu luz está dentro tuyo, solo hace falta encenderla."
Y con un gesto, Nut hizo que Cloe viera una lluvia de estrellas danzando en el cielo.
Cloe, emocionada, pidió:
"¿Puedo llevarme algo de esta magia?"
Nut le dio una pequeña piedra brillante.
"Esta piedra recordará tu encuentro. Brillará cuando te sientas insegura, y te recordará que la luz que buscas, ya está en vos."
Agradecida, Cloe regresó a su hogar. Desde ese día, supo que cuando enfrentara problemas, podía mirar su piedra brillante y recordar la sabiduría de Nut. Cloe nunca dejó de explorar, pero ahora hacía cada aventura con una luz en su corazón.
Y así, la pequeña Cloe se convirtió en un faro de luz en su pueblo, inspirando a otros a brillar.
Y cada noche, antes de dormir, miraba al cielo estrellado y sonreía, sabiendo que nunca estaba sola.
FIN.