Cluadia y el misterio del jardín encantado



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Cluadia, de dos años, con hermosos rizos rubios y ojos azules como el cielo.

Cluadia vivía con sus dos padres, Martín y Diego, quienes la amaban con todo su corazón, y con su abuelo Cefe, un hombre sabio con el pelo blanco como la nieve. Un día soleado, mientras paseaban por el mágico jardín de su abuelo, Cluadia descubrió algo extraordinario debajo de un árbol.

Era una puerta secreta con inscripciones brillantes, y aunque sus padres y abuelo no podían verla, Cluadia la tocó y la puerta se abrió misteriosamente. "¡Miren, miren! ¡Una puerta mágica!" exclamó Cluadia emocionada.

Intrigados, sus padres y su abuelo se acercaron y, para su sorpresa, la puerta los llevó a un jardín encantado lleno de mariposas de colores y árboles parlantes. "¡Esto es asombroso!" dijo Diego. "Nunca imaginé que este jardín tuviera secretos tan maravillosos" agregó Martín. "Es un lugar mágico, Cluadia.

Debemos cuidarlo y protegerlo" aconsejó Cefe. Mientras exploraban el jardín, descubrieron que cada planta y animal tenía una historia especial y que necesitaban su ayuda.

Cluadia y su familia aprendieron a cuidar el medio ambiente, a respetar la naturaleza y a trabajar juntos para proteger la magia del jardín encantado. Con el paso del tiempo, el jardín floreció aún más, lleno de vida y alegría.

Y así, Cluadia descubrió que la verdadera magia estaba en el amor, la amistad y el cuidado de la naturaleza. Y aunque la puerta misteriosa desapareció, el recuerdo del jardín encantado perduró en sus corazones para siempre.

FIN.

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