Coco el cocodrilo y la amistad en el lago



Había una vez, en un lago muy lejano, un cocodrilo llamado Coco. Vivía solo y se sentía triste porque no tenía amigos con quien jugar. Todos los demás animales del lago le tenían miedo por su aspecto feroz.

Un día, mientras Coco nadaba en el lago, vio a lo lejos a un grupo de tiburones que jugaban alegremente entre ellos. Se acercó tímidamente y les preguntó si podía unirse a su juego.

Los tiburones se miraron unos a otros sorprendidos y luego soltaron una carcajada. "¡Un cocodrilo jugando con nosotros! ¡Eso sería algo gracioso!", dijo uno de ellos burlonamente. Coco sintió que su corazón se rompía en mil pedazos.

Bajó la cabeza y nadó alejándose de los tiburones, sintiéndose aún más triste y solo que antes. Pero lo que los tiburones no sabían era que Coco era un cocodrilo muy especial. Tenía habilidades increíbles para nadar rápido y bucear profundo bajo el agua.

Además, tenía mucha paciencia y era muy astuto. Decidido a demostrarles a los tiburones todo lo que podía hacer, Coco comenzó a practicar día tras día en secreto.

Nadaba cada vez más rápido, saltaba por encima de las rocas e incluso logró hacer piruetas impresionantes bajo el agua. Pasaron semanas hasta que Coco decidió enfrentarse nuevamente a los tiburones. Los encontró jugando cerca de las rocas del lago y se acercó lentamente.

"¡Miren quién ha vuelto!", dijo uno de los tiburones burlonamente. "¿Has venido a hacer el ridículo otra vez?"Coco sonrió y les dijo: "No, he venido a demostrarles lo que puedo hacer".

Sin esperar más, Coco saltó por encima de las rocas y comenzó a nadar rápidamente alrededor de los tiburones, dejándolos boquiabiertos. "¡Increíble!", exclamaron los tiburones asombrados. "Nunca habíamos visto algo así". A partir de ese día, Coco se convirtió en el mejor amigo de los tiburones.

Juntos, exploraban el lago, jugaban carreras y descubrían nuevos lugares emocionantes. Los demás animales del lago también se unieron a ellos y formaron una gran familia.

Coco aprendió que no importa cómo te vean los demás, lo importante es creer en ti mismo y demostrarles tu verdadero potencial. A veces, solo necesitamos darle una oportunidad a alguien para descubrir qué cosas maravillosas pueden ofrecernos.

Y así fue como Coco el cocodrilo encontró la felicidad en un lugar inesperado junto a sus nuevos amigos tiburones. Desde aquel día, jugaron juntos todos los días sin importar las diferencias entre ellos porque sabían que la verdadera amistad va más allá del aspecto físico o las apariencias externas.

Y vivieron felices para siempre en su lago mágico lleno de diversión y aventuras.

FIN.

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