Coco, el Gallo Valiente
Había una vez en una granja colorida y llena de vida, un gallo llamado Coco. Coco era un gallo muy especial, no solo porque tenía unas plumas brillantes y una voz melodiosa, sino porque también era un valiente protector de sus amigas, las gallinas.
Cada noche, cuando el sol se escondía y la luna comenzaba a brillar, Coco se aseguraba de que todas las gallinas estuvieran seguras en su gallinero. Sin embargo, había un problema: un malvado zorro llamado Zorrocito merodeaba la granja, intentando llevarse a las gallinas para su cena.
Una noche, mientras Coco estaba de guardia, escuchó un ruido sospechoso cerca del gallinero.
"¿Qué fue eso?" - se preguntó Coco, poniendo su pluma en alerta. De repente, la sombra de Zorrocito apareció entre los arbustos.
"¡Ja! ¡Esta noche sí me llevaré a una de tus gallinas, Coco!" - ladró Zorrocito, mostrando sus afilados colmillos.
"¡No lo permitiré!" - clamó Coco, inflando su pecho. "¡Las gallinas son mis amigas y las protegeré con todo mi corazón!"
Coco ideó un plan. Decidió que, para proteger a sus amigas, lo mejor era ser astuto, así que reunió a las gallinas para darles una charla.
"Chicas, mañana por la mañana, tenemos que hacer ruido y ser más astutas que Zorrocito. Siempre tenemos que estar atentas, ¿entendido?" - explicó Coco. Las gallinas, emocionadas con el plan, comenzaron a picotear y a arrullar.
"¡Nosotras confiamos en vos, Coco!" - dijeron al unísono.
Al caer la noche, Coco y las gallinas se prepararon para enfrentarse a Zorrocito. Cuando el zorro apareció, esta vez Coco estaba listo.
"¡Aquí estoy, Zorrocito!" - gritó Coco con toda su fuerza. El zorro se sorprendió al ver a Coco tan decidido. "¡Creí que estarías asustado!"
"Yo no estoy asustado, ¡estoy protegido!" - contestó Coco, haciendo que las gallinas canten y pongan tanto ruido que Zorrocito empezó a inquietarse.
Zorrocito, confundido, trató de acercarse. Pero cuando se dio cuenta de que las gallinas estaban unidas y haciendo un alboroto, perdió su valentía. "¡Me voy! ¡No sé para qué vine!" - chilló, dando un salto hacia atrás.
Coco aprovechó la situación.
"¡Si quieres a las gallinas tendrás que pensarlo dos veces!" - le gritó.
Entonces, Zorrocito, asustado por el ruido y la valentía de Coco, no quiso volver a acercarse a la granja. Desde esa noche, Coco se convirtió en el héroe de la granja y Zorrocito nunca más volvió a molestar.
Las gallinas, felices, aplaudieron a su amigo.
"¡Eres un verdadero valiente, Coco!" - gritó una de las gallinas, y todas comenzaron a cantar al unísono en agradecimiento. Coco sonrió, sintiéndose orgulloso de haber protegido a sus amigas.
Y así, desde aquella noche, Coco no solo fue conocido como el gallo que cantaba al amanecer, sino también como el gallo valiente que siempre defendía su hogar y a sus amigas. Y todos aprendieron que, unidos y con astucia, podían enfrentar cualquier desafío.
Fin
FIN.