Colito y las Estrellas de Mendoza
Colito era un gato naranja, juguetón y curioso, que vivía en la hermosa ciudad de Mendoza. Su dueño, un niño llamado Nacho, lo adoraba y siempre se aseguraba de que tuviera suficiente comida y atención. Sin embargo, cuando caía la noche, Colito tenía un secreto: le encantaba subir al techo de la casa para jugar bajo el manto estrellado.
Una noche, mientras Colito se estiraba al borde del tejado, vio algo brillante en el cielo. Era una estrella fugaz que surcaba el firmamento a toda velocidad. "¡Mirá, Nacho, una estrella!"- exclamó emocionado, aunque Nacho no pudo escucharlo desde el interior de la casa.
Colito comenzó a soñar. "¿Y si pudiera tocar las estrellas?"- pensó, y de pronto se encontró navegando por un mar de estrellas. "¡Amigas y amigos, ¿quién quiere jugar conmigo!"- llamó Colito, y en un abrir y cerrar de ojos, se encontró rodeado de otras criaturas nocturnas: un búho sabio, una luciérnaga brillante y una traviesa ardilla.
"Yo quiero jugar hide and seek (escondidas). ¿Quién es el que cuenta?"- preguntó la ardilla.
"¡Yo!"- dijo el búho, levantando una de sus alas. "Cuenten hasta diez y salgan a esconderse en el cielo"- agregó el búho mientras cerraba los ojos.
Colito y la luciérnaga se miraron y comenzaron a contar. "Uno, dos, tres..."- y mientras contaban, Colito pensó en cómo podía impresionar a sus nuevos amigos.
Colito decidió que iba a esconderse detrás de una nube esponjosa, mientras la luciérnaga zumbaba a su alrededor brillando como un pequeño faro. La ardilla se encaramó en una estrella con una carcajada, y se sintió muy feliz de volar. Pero de repente, Colito escuchó un aullido lejano.
"¡Oh no!"- dijo la luciérnaga, "Eso suena como un lobo"-.
El búho, con su voz profunda, dijo: "No se preocupen, amigos. Los lobos pueden ser ruidosos, pero ¡no nos harán nada si estamos unidos!"- .
Colito se sintió aliviado de que tenía amigos que lo apoyaban. Al darse cuenta de que su imaginación le estaba llevando a lugares emocionantes, pidió: "Vamos a formar un equipo y a construir una casa en la nube. ¡Allí seremos invencibles!"-
La ardilla empezó a recolectar sueños, el búho reunía historias, y la luciérnaga iluminaba el camino. Después de mucho esfuerzo y risas, construyeron una casa brillante hecha de luz y sueños, donde todos podrían jugar felices.
En un momento, Colito se dio cuenta de que había que regresar. "Es hora de volver, mis amigos. Nacho debe estar buscándome"- dijo con tristeza.
"Nos volveremos a ver, Colito. Siempre que mirés al cielo, allí estaré"-, dijo la luciérnaga.
Colito bajó al techo de su casa, mirando una vez más las estrellas. "Nunca olvidaré esta noche"- susurró, mientras se acomodaba en su lugar sobre el tejado.
Esa noche, Colito aprendió que la amistad y la imaginación pueden llevarte a lugares maravillosos, incluso al cielo. Y así, cada noche, cuando subía al techo, sabía que tenía un hogar en las estrellas y amigos que lo esperaban.
Al despertar, le contó a Nacho sobre su aventura. "Nacho, anoche jugué con un búho, una ardilla y una luciérnaga en una casa en el cielo"-.
Nacho sonrió, "¡Qué increíble! Este mundo está lleno de maravillas, Colito.¡Sigamos explorando la vida juntos!"- Y así, cada noche antes de dormir, Colito subía al techo y soñaba con nuevas aventuras, mientras su corazón agradecía tener a Nacho a su lado.
Colito aprendió que el juego y la amistad no tienen límites, y que, aunque la noche y el cielo son vastos, siempre hay un lugar especial donde se siente como en casa. Las estrellas nunca estuvieran tan cerca, gracias a su imaginación y a sus queridos amigos.
FIN.