Colores compartidos

Alice era una niña muy creativa y le encantaba pasar horas dibujando y pintando en su pequeño cuaderno. Siempre tenía una paleta de colores a mano para poder crear las más hermosas combinaciones en sus obras de arte.

Un día, mientras pintaba bajo un árbol en el parque, se acercó un hombre mayor que admiraba su trabajo. Él le preguntó qué quería ser cuando fuera grande y ella respondió con entusiasmo: "¡Quiero ser una gran pintora!".

El hombre sonrió y le dijo: "Eso es maravilloso, Alice. Pero recuerda que para ser una gran artista debes seguir practicando todos los días".

Alice tomó sus palabras en serio y comenzó a dedicar aún más tiempo a su pasión por la pintura. Cada vez que terminaba un dibujo o cuadro nuevo, lo mostraba orgullosa a su familia y amigos. Pero no todo fue fácil para Alice.

Un día, mientras caminaba hacia la tienda de arte local para comprar suministros nuevos, se encontró con un chico llamado Max quien intentó robarle su dinero. "¡Hey! ¡Devuélveme mi dinero!", gritó Alice mientras corría detrás del ladrón.

Max corrió alrededor del parque hasta que finalmente tropezó con una rama y cayó al suelo. Alice se acercó lentamente a él e inesperadamente notó algo extraño: también llevaba consigo algunos lápices de colores. "¿Por qué estás robando lápices?", preguntó sorprendida Alice.

Max explicó que él también amaba dibujar pero no tenía suficiente dinero para comprar sus propios suministros. Alice, quien sabía lo importante que era tener los materiales adecuados para crear arte, decidió compartir sus propias pinturas con él.

"Si quieres, podemos dibujar juntos", dijo Alice mientras le tendía una mano amistosa. Desde ese día en adelante, Alice y Max se convirtieron en amigos inseparables y pasaban horas dibujando y pintando juntos en el parque. Juntos aprendieron nuevas técnicas de arte y compartieron su amor por la creatividad.

Con el tiempo, Alice se convirtió en una artista famosa y exitosa gracias a su dedicación diaria a su arte.

Pero nunca olvidó su humilde comienzo bajo un árbol en el parque con una paleta de colores y un cuaderno de dibujo.