¡Come bien y crece fuerte!
Había una vez un niño llamado Cristiano que tenía 7 años y era conocido por ser muy travieso y terco.
A pesar de tener una familia amorosa, Cristiano tenía un problema: ¡no quería comer! Todas las noches, cuando su mamá le preparaba la cena, él hacía caras largas y decía "No tengo hambre". Su mamá se preocupaba mucho, ya que sabía lo importante que era comer para crecer sano y fuerte.
Un día, mientras Cristiano jugaba en el parque con sus amigos, se dio cuenta de que todos tenían mucha más energía que él. Se sentía débil y cansado, pero no entendía por qué.
Fue entonces cuando recordó las palabras de su mamá sobre la importancia de comer bien. Decidió hablar con sus amigos al respecto. "¿Ustedes comen siempre toda su comida?" -preguntó Cristiano con curiosidad. "Sí", respondieron sus amigos al unísono.
"Mi mamá dice que si no como bien, no podré jugar tanto como ustedes", agregó uno de ellos. Cristiano reflexionó sobre lo que le dijeron sus amigos y decidió hacerle caso a su mamá esa noche durante la cena.
Cuando vio el plato lleno de verduras coloridas y carne jugosa frente a él, tomó aire profundamente y comenzó a comer despacito. Para sorpresa de todos, incluida la mamá de Cristiano, él terminó todo su plato sin rechistar.
Se sintió tan orgulloso de sí mismo por haber escuchado a su cuerpo y haber hecho caso a las recomendaciones de su madre.
A partir de ese día, Cristiano comprendió lo importante que era alimentarse correctamente para sentirse bien consigo mismo y poder disfrutar al máximo todas las actividades que más le gustaban. Desde entonces, se convirtió en un ejemplo para sus amigos e incluso les enseñaba trucos divertidos para disfrutar más los alimentos saludables.
La mamá de Cristiano estaba feliz y orgullosa del cambio positivo en la actitud de su hijo hacia la comida. Juntos aprendieron la importancia de comunicarse abierta y sinceramente sobre temas importantes como la nutrición.
Y así fue cómo Cristiano dejó atrás su terquedad y descubrió el maravilloso mundo de sabores y nutrientes que los alimentos ofrecen para cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente. Nunca más volvió a negarse a probar cosas nuevas en la mesa ¡y vivieron felices comiendo sanamente para siempre!
FIN.